Opinión

¿Destruir para construir?

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Aunque lo planteo como pregunta, este es el argumento más extraño que he escuchado últimamente. Terminamos considerándonos algo más que arquitectos que quieren comenzar todo desde cero, pero ¿y la historia? ¿Acaso creemos, de verdad que, porque acabamos con lo existente, con lo que tenemos, la historia cambia? No es posible que pensemos que, tumbando la estatua de Sebastián de Belalcázar o la de Cristóbal Colón, vamos a cambiar lo vivido por los indígenas en la época de la conquista.

Lo que sí podemos hacer para que la historia nos permita cambiar, es enseñarla en nuestras escuelas y colegios. Lo decía el poeta y filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana “quien olvida su historia está condenado a repetirla” y eso es lo que debemos evitar que ocurra, instruyendo los hechos a nuestros niños y jóvenes, sin ocultar detalles, para que sean ellos quienes determinen cómo lograr que estas acciones no vuelvan a presentarse porque, aunque pasa el tiempo, la discriminación y dominación no han sido del todo erradicadas de nuestros comportamientos.

Los errores del pasado son parte de la historia, pero los cometieron otros. Nosotros debemos entender qué quedó atrás y a partir de dónde debemos construir, porque esos errores del pasado son parte de la construcción de nuestra historia, pero nuestro deber hoy, si queremos construir una sociedad en paz, es sancionar a quienes cometen los errores y buscar cómo evitamos que se repitan. Pretender ahora emprenderla contra las estatuas es tan absurdo como culpar a los indígenas porque cambiaron el oro por espejos o baratijas, sin ver el tesoro que tenían en sus manos.

El pasado pasó y solo debe quedar como parte de nuestra historia para ayudarnos a seguirla construyendo, al tiempo que nos permite fortalecer nuestros valores, nuestros principios, y nos ayuda a cimentarnos en el respeto y en el amor hacia quienes nos respetan. Solo así construiremos una verdadera Colombia en paz.

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