Opinión

¿Dónde compramos paz?

Edwin Leonardo Díaz

Edwin Leonardo Díaz

Líder Cristiano, docente de Historia en la Unidad educativa Bíblica de Casa Roca Ibagué y estudiante de IBLI FACTER de estudios bíblicos superiores.

Juan 14:27 

La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

Este es un gran pasaje de la Biblia, muy conocido y muy repetido por muchos. Está en el evangelio que narra el Apóstol Juan, como parte de una respuesta que le da el Señor Jesús a Judas (no el traidor), quien le hace una pregunta ….

Juan 14:22-23

22 Judas (no el Iscariote) le dijo:

—¿Por qué, ¿Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?

23 Le contestó Jesús:

—El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.

El Señor Jesús en un momento de inspiración divina, de muestra de sabiduría infinita, les dice que todo depende de quienes le amen, y le demuestren su amor a través de la obediencia y que esto además de otras cosas pues viene con un valor agregado:  la paz que nos deja y la paz que nos da. Es muy lógico y coherente, como es la palabra, coherente y verdadera…

El que está ofreciendo paz, no es un neófito en el asunto, no es un aparecido que viene a pintar pajaritos en el aire, que viene a aprovecharse de una situación, o que viene a burlarse de ellos con un cuento falaz, o haciendo sarcasmo o un engañador que les dice mentiras. Ese que está hablando de paz, es el Señor Jesús.

Isaías 9:6-7

Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo;
la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos nombres:
Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.
Se extenderán su soberanía y su paz,
y no tendrán fin.

Imagínense… ¿Quién era ese que estaba nombrando y prometiendo paz?; el mismo que nos la promete hoy; nada menos que el príncipe de paz, soberano y eterno. Es decir, su paz, no es perecedera, no es efímera, no es mentira, no es corta, no es la paz que nos ofrece el mundo.

Es sencillo si usted busca paz, ¿Dónde la halla? ¿en el mundo egoísta, vengativo y en guerra? ¿o en el bondadoso, amoroso y perfecto ser por excelencia? ¿el príncipe de paz?

Yo trabajé muchos años con mi padre en su fábrica de muebles y cada vez que me enviaba a comprar tornillos o materiales, yo le preguntaba:

– ¿Dónde los compro?…

Y él me decía:

– ¡Pues usted verá si va a la carnicería o a la panadería!

Era lógico su razonamiento. Ahora el requerimiento es paz; si yo le preguntará a mi padre:

– ¿Dónde la compro?

Pues me lo imagino con su razonamiento y sarcasmo respondiéndome:

– ¡Pues usted verá si la trae del mundo!

Veamos estas 5 diferencias:

  1. El mundo ofrece paz a través de las luchas mundanas; el príncipe de paz la trae con luchas espirituales

Muchas veces hemos escuchado que nos dicen: “Esta guerra traerá paz en unos años”

Pero el Señor nos dice:

2 Corintios 10: 3 – 4

pues, aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo. Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.

Armas poderosas, el ayuno, la oración, el nombre del Señor, la palabra del Señor, la alabanza, etc.

Esa lucha invisible es la que nos da paz…

  1. La paz que ofrece el mundo es superficial, la que ofrece el Señor es eterna.

Jeremías 6: 14

Curan por encima la herida de mi pueblo,
y les desean: “¡Paz, paz!”,
cuando en realidad no hay paz.

El mundo puede llegar a nosotros ofreciendo una falsa sensación de tranquilidad, de seguridad, pero el señor nos ofrece una paz verdadera… esa paz que se consigue con luchas mundanas, es esa paz efímera.

Salmo 29:11

El Señor fortalece a su pueblo;
el Señor bendice a su pueblo con la paz

  1. la condición para la paz en el mundo es la rebeldía. para Dios es la obediencia.

Hoy el mundo rebelde ofrece justicia y paz a quienes son rebeldes, nos piden maldecir gobernantes, declarar cosas horribles para obtener justicia y equidad… Nos piden rebelarnos e ir tras esa paz falsa, al precio que sea, sangriento, malvado, costoso…

Así es el mundo de hoy, pero el Señor nos dice que no nos debemos amoldar a este mundo. Las redes sociales están plagadas de contaminación para amoldarnos a este mundo, para que pensemos como el mundo, para que actuemos como el mundo… Pero el señor pide que hallemos su paz a través de la obediencia; la paz del príncipe de paz.

Mientras el mundo ofrece paz y justicia a través de la rebeldía, él nos dice:

Levítico 26:3-6

3» si se conducen según mis estatutos, y obedecen fielmente mis mandamientos, yo les enviaré lluvia a su tiempo, y la tierra y los árboles del campo darán sus frutos; la trilla durará hasta la vendimia, y la vendimia durará hasta la siembra. Comerán hasta saciarse y vivirán seguros en su tierra.

6» Yo traeré paz al país, y ustedes podrán dormir sin ningún temor. Quitaré de la tierra las bestias salvajes, y no habrá guerra en su territorio.

  1. El mundo ofrece paz con gritos e insultos, el Señor la da cuando nos callamos.

El mundo ofrece paz si hacemos prevalecer nuestras ideas… tratando de pasar por encima de todos con nuestros pensamientos, sin tolerancia alguna, es el que más grite, el que más haga quedar en ridículo a su rival, el que más insulte … y todo en busca de la paz.

Pero la paz que ofrece el príncipe de paz es especial, y nos dice como la hallamos:

1 Pedro 3:10-11

En efecto, «el que quiera amar la vida y gozar de días felices, que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; que se aparte del mal y haga el bien; que busque la paz y la siga.»

Y por último…

  1. El mundo ofrece paz con libertinaje, El Señor la ofrece con libertad.

1 de Corintios 10:23

«Todo está permitido», pero no todo es provechoso. «Todo está permitido», pero no todo es constructivo

Hay diferencias entre libertad y libertinaje; pero el mundo hoy ofrece un nuevo orden y una nueva paz con este último, desbordado y sin límites, tratando de imponernos lo bueno como malo y lo malo como bueno. Pero el señor nos ofrece otra paz, la verdadera; con la libertad que da paz; la libertad del pecado.

Isaías 26:3

Al de carácter firme lo guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.

El creyente, encuentra la paz siendo firme de carácter, firme en las cosas del Señor, firme en la fe, radical con sus cosas… Esas cosas innegociables para el hijo de Dios, que no se ponen en mesa de concertación: la fe, la justicia, la verdad y el amor.

El llamado es a que busquemos la paz verdadera, y como hijos de Dios

Mateo 5:9-12 NVI

Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios

¿Dónde compramos paz? ¿en la tienda del mundo a muy alto costo y de mala calidad? ¿o en la de Dios, gratis y perfecta?

Bendiciones

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