Mauricio Manjarrés y sus investigaciones sobre la Tragedia de Armero y el Festival Folclórico Colombiano

Este jueves se publicó la primera parte de la entrevista a Mauricio Manjarrés, donde se habla sobre sus inicios en el periodismo y sus experiencias como reportero. En cambio, esta segunda parte de la entrevista se comenta sobre sus investigaciones en dos temáticas diferentes: La Tragedia de Armero y el Festival Folclórico Colombiano.
Mauricio Manjarrés es un reconocido locutor oriundo del municipio de San Luis, quien se graduó como comunicador social y periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Trabajó con grandes medios de comunicación como Caracol Radio y RCN. Asimismo, fue corresponsal del Noticiero 24 horas, un trabajo que le permitió cubrir noticias del Caquetá, Huila, Tolima y parte de Cundinamarca. Actualmente, participa en las estrategias de comunicación para las campañas políticas de Óscar Barreto, político del partido conservador. Cabe resaltar que también colaboró con el marketing político de las campañas del senador Carlos García Orjuela; y de Francisco Peñaloza, quien fue alcalde de Ibagué y gobernador del Tolima. Además, fue jefe de prensa de la Gobernación del Tolima y del partido de la U. Asimismo, trabaja de la mano con la Alcaldía de Ibagué y la marca Tapa Roja. Es importante mencionar que fue galardonado con el premio nacional de periodismo «Simón Bolívar» por su cubrimiento de la tragedia de Armero en 1985.

Nosotros casi caemos en la tragedia de Armero. El hecho se produjo el 13 de noviembre de 1985 y yo comencé a hacer informes desde abril de 1985 sobre lo que pasaba en el Nevado, lo que estaba ocurriendo. Yo me hice conocido de la gente en ese sector, porque yo sacaba muchas notas. Faltando como tres o cuatro días, yo había hecho una nota de televisión sobre Armero, donde advertía que los agentes contaminantes del volcán estaban dañando la parte biológica del río, es decir, los peces estaban muriendo y se estaban presentando unos olores terribles.
¿Encontró algo interesante entre sus investigaciones de Armero?
Me puse a consultar sobre el pasado del Nevado y encontré que, 120 años atrás, el clérigo español Fray Simón de las Casas había narrado en uno de sus libros cómo él había vivido una erupción del volcán. Él decía que venía del camino real de Cartago hacia Pereira, buscando Salento para atravesar Ibagué. Entonces, eran las dos de la tarde e iba acompañado de gente; llevaban unas mulas que cargaban trasteo que ellos consideraban llevar a sus viajes. Eran las dos de la tarde, entre Pereira y Cartago. Él cuenta que eso fue una explosión gigantesca que tembló sobre la tierra, terrible. Todo quedó como si fuesen las 11 o 12 de la noche; duró oscuro dos días. Las mulas se murieron y ellos se salvaron porque decidieron ir a un afluente y se tapaban la boca y la nariz con ropa húmeda.
Yo mando la nota la trasmiten y la profesora del colegio de Armero le escribe al noticiero al otro día, y le dice: “Mire, es que el señor periodista se equivocó en la fecha, yo tengo otra fecha”. El noticiero me dice: “Vaya allá, habla con ella e intercambian la información que tienen, a ver qué pasa”. Yo llego a la casa de la señora, consultamos un libro y, en efecto, yo me había confundido con la fecha. No era porque el libro tuviera mal la fecha sino porque yo la leí mal, tuve un desliz de 100 años. Lo bueno es aceptar el error. Tres días después, ella muere en la tragedia.

¿Cómo fue el día en que Armero se inundó? ¿Usted dónde estaba?
Como yo también trabajaba con RCN, había una emisora que se llama Radio Armero de RCN y uno de mis amigos trabajaba allá. Él me informaba de lo que iba pasando allí y, en la noche de la tragedia, él me llamó a las siete: “Mao, imagínate que allá está cayendo ceniza y hay un olor terrible, la gente está preocupada. Es una noche con una situación de energía rara, ¿por qué no se viene para que tenga la nota en televisión?”. Tres días antes yo también había entrevistado al alcalde la población, él sentía la preocupación de que no los atendían, que nadie del Gobierno revisaba la peligrosidad que estaban viviendo.
Hice una llamada al noticiero, hablé con Mauricio Gómez y me dijo: “Váyase, hágale para allá”. El camarógrafo y yo salimos como a las once y diez de la noche de Ibagué en carro; y de Alvarado para allá, toda una tormenta un aguacero impresionante. Prendimos la radio, ya eran las once y veinte cuando comenzaron a decir que una terrible avalancha estaba bajando por la zona de Caldas. Nosotros no teníamos nada de información del Norte del Tolima.
Cuando llegamos a Armero, había una avalancha. También, había unos camiones parqueados, nos detuvimos. Al rato vino un policía en moto que venía de Lérida, entonces, yo le dije: “Venga, ¿qué pasó en Armero?, ¿no hay paso? Así que, él me contestó: “Estamos llamando a unos compañeros y no contestan”. Luego, viene el primer reporte de un radioaficionado, quien estaba ubicado en la parte de arriba del Líbano y el tipo dijo: “No veo a Armero desde aquí en medio de la oscuridad, no hay luces. Pasó una avalancha terrible, fue una cosa estruendosa”. Eso despertó las alarmas. Vi que había una celebración en una finca, me fui hasta allá y ahí había un piloto de Armero que perdió la familia, y les dije: “¿Ustedes no supieron que por acá hubo una cosa como rara?”. Me contestaron que no.
¿Sobrevolaron Armero?
Iban a ser como las cuatro y media de la mañana cuando llegó otro piloto, quien sobre las 5 y cuarto sobrevoló Armero. Llevé a mi camarógrafo, tomamos las primeras imágenes y ahí comenzó todo el trabajo importante. Yo le dije al camarógrafo: “Hermano, tomemos el sonido ambiente. El sonido ambiente nos puede refrescar las imágenes”. Mientras grababa, empecé a narrar: “Armero se acabó, no hay nada que hacer. Hoy Armero está con la muerte”. Así que, empezamos a sentir todos los sonidos, de los perritos que quedaron vivos se escuchaban los aullidos, era desesperación y tristeza.

¿Nadie había sido advertido de lo que podría ocurrir con el volcán?
En abril suben dos científicos suecos al casquete glaciar, a mí me comunica eso el comandante de bomberos del municipio de Herveo, y ya había una fumarola de 2 kilómetros de altura. Les pregunté qué habían encontrado arriba y ellos me comentaron: “Pues bajamos muy preocupados porque el casquete glaciar está fracturado y eso con el recalentamiento que está sufriendo el volcán puede desprenderse y causar toda una tragedia”. Nadie imaginaba la magnitud de lo que pudiera ocurrir y había mucha aversión de la gente, hablaba lo que se les ocurría.
¿Qué hizo con la información?
Pasé la noticia a Bogotá, pero me dijeron que no la podíamos sacar, porque no había un respaldo científico y podríamos crear pánico. El diario La Patria de Manizales también entrevistó a los suecos y ocho días después, publican la noticia: “Alarma en el Ruiz”. Por lo tanto, el noticiero retoma lo que yo construí. Sin embargo, salieron unos “expertos” de Colombia a decir que eso era una cosa alarmista, que no tenía sustento científico. El Gobierno Local hizo lo que tenía que hacer, advertir al Gobierno Nacional sobre el tema. Yo concluí que nadie paró bolas porque nadie se imaginó lo que podría ocurrir. Aun así, yo sabía que iba a pasar algo.
Festival Folclórico Colombiano:
¿Ha escrito algún libro?
Hice un libro muy interesante, con edición limitada que patrocinó la Cámara de Comercio de Ibagué y fue el rescate de la memoria del Festival Folclórico, duré 15 años haciéndolo. La investigación parte de cero, el festival nunca tuvo archivos. No había donde recoger las cosas, así que, había que buscar a la gente que había participado para recolectar esa información. A veces la gente no mide qué tan importante es la investigación y esta queda abierta cuando usted tiene que descubrir más cosas en el transcurrir del tiempo sobre todo con un evento que llevaba 50 años.
¿Cómo realizó la investigación?
Hay que buscar quién lo fundó, por qué lo hicieron, cuáles eran las características del momento cuando lo crearon, por qué fue importante. También, había que ponerle fotos a eso. Yo comencé a conseguir cosas y la primera cosa que yo imaginé era que había que entrevistar a personajes muy importantes.

¿Cuál fue una experiencia interesante en medio de sus investigaciones?
Decidí buscar a la primera reina del Folclor Nacional en Ibagué, que fue una caleña. A esa señora yo la busco y la encuentro en Cali. Me llevó al cuarto de San Alejo, me abrió los baúles y me dijo: “Ahí encuentra todo lo que pasó en el Festival Folclórico”. Encontré los periódicos de la época, muchas fotografías, vivencias importantes de ella, la corona, el cetro, entre otras cosas.
Había que buscar imágenes y yo le pregunto: “¿No hicieron una película, unas imágenes?”. Me contó que ella había sido novia de un fulano que es de Medellín y que él podía tener material. Le pregunté por el paradero del señor y me contestó que no sabía. Así que, cogí el directorio de Medellín y comencé a buscar hasta que encontré a alguien con los mismos apellidos del señor y pensé que ese debía ser hermano. Lo llamé y me dijo: “Sí, yo soy hermano de él. Ahora vive en Puerto Rico”. De todas formas, me facilitó su número telefónico.
Llamé al señor y le dije en lo que estaba interesado, y él me contestó: ¿Sabe una cosa? Yo tengo unas imágenes, tengo los carretes en Medellín; pero yo no voy a Medellín sino hasta noviembre o diciembre. Estemos en contacto”. Sin embargo, las imágenes que él tenía era de un formato que ya no existe. Yo viajé a Medellín a encontrarme con él y, en efecto, tenía unos carretes; decían: ´Folclor Ibagué 1959´.
¿Cómo resolvió el tema de los carretes?
Un domingo se me ocurrió poner un aviso en el diario El Tiempo y llamaron 3 personas que tenían los aparatos para reproducir los carretes. Había un tipo de Cine Colombia en Bogotá, y me dijo: “Yo tengo ese aparato, porque lo tengo como material histórico para mí”. Finalmente, el señor no me regala los carretes, sino que me los vende; así que, yo a ese trabajo le invertí bastante plata. Yo viajo a Bogotá, y ahí encuentro al señor de la máquina y me dice: “Mire, esto hay que proyectarlo y grabar inmediatamente, porque esta cinta se despedaza”. De tres carretes que había de hora y media, grabamos 10 minutos, que son los únicos que existen de esa época.
Ese video lo trasladé a foto y eso es lo que va en mi libro. Es un libro de lujo bastante hermoso. La Cámara de Comercio, cuando hizo la asamblea nacional de Confecámaras en el año 2009, querían entregarle algo de la ciudad a todos esos empresarios que vinieron de todo el país; entonces, ese fue el artículo que entregaron en una mochilita del Tolima.
¿No hubo más impresiones?
Un día me llama un señor de Barranquilla y me dice: “Yo estuve en la reunión en Ibagué y me dieron este libro. Resulta que encontramos unas fotografías del ballet de Colombia y encontramos las fotos de unos familiares. Queremos comprarte unos 20 o 30 libros”. Por otro lado, fui a Bogotá y presenté un proyecto al Ministerio de Cultura, presenté mi libro para que lo compraran y le pude vender casi tres mil libros. Yo estoy actualizando el libro, porque recolecté más información y lo quiero volver a reeditar.
¿El video que comentó anteriormente lo va a publicar?
Quiero publicar el video para que lo lleven a las universidades, porque es esencia de nuestra máxima fiesta y el mismo festival nunca tuvo eso. No lo publiqué en principio, porque la gente lo quería regalado y son 15 años de trabajo, además, he estado invirtiendo. Por ejemplo, ahí está Manuel Antonio Ramírez, conocido como ´Caregancho´. Él se vistió de San Juan durante más de 20 años, el que iba a caballo abriendo las fiestas de San Juanero. Encuentra a Adriano Tribín, el fundador del festival. Encuentra a los compositores de la música colombiana. Dígame, ¿en qué lugar lo van a conseguir? En ninguna parte. Es un valor histórico de la ciudad.