Opinión

¿Qué tal si trabajan juntos Sandra Liliana García y Cristian David Ávila en el manejo de emergencias por lluvias?

Juan David Rincón Galindo

Juan David Rincón Galindo

Comunicador Social y Periodista
Especialista en Periodismo Deportivo
Socio ACORD – Tolima
Director Tolima Online

Las lluvias en el Tolima, como en muchas otras regiones de Colombia, siempre generan estragos. Las zonas rurales, especialmente las veredas de Ibagué, sufren con frecuencia el colapso de sus carreteras, lo que dificulta el acceso a los centros urbanos y retrasa el transporte de los productos agrícolas que son vitales para nuestra alimentación. En este contexto, es innegable el esfuerzo incansable de los funcionarios públicos que día tras día trabajan para solventar estas emergencias. En particular, Sandra Liliana García, secretaria de infraestructura del Tolima, y Cristian David Ávila, secretario de desarrollo rural de Ibagué, están a la cabeza de estas arduas tareas, buscando soluciones para que los campesinos puedan sacar sus cosechas y mejorar sus condiciones de vida.

No obstante, aunque estos esfuerzos son encomiables, es evidente que en muchas ocasiones parece haber una falta de articulación entre las diferentes entidades encargadas de atender la problemática. A pesar de que ambos funcionarios forman parte del mismo equipo de trabajo a nivel regional, sus funciones se encuentran a veces divididas por barreras políticas o de competencia administrativa. Mientras que uno se encarga de la infraestructura a nivel departamental y el otro de la ruralidad a nivel municipal, en la práctica, estas divisiones afectan la eficacia de la respuesta ante emergencias.

Cuando se trata de enfrentar situaciones tan urgentes como las que provocan las lluvias en las zonas rurales, no deberíamos permitir que las distancias políticas o los intereses particulares interfieran en la respuesta inmediata. ¿Qué tal si ambos funcionarios, Sandra Liliana García y Cristian David Ávila, trabajaran en conjunto para enfrentar este tipo de emergencias? Si ambos se unieran en un esfuerzo común, sumando recursos y estrategias, sería posible atender los problemas de infraestructura y desarrollo rural de manera más efectiva y rápida. No sólo se podrían minimizar los daños inmediatos, sino también se podrían diseñar soluciones preventivas que ayudarían a evitar futuras tragedias en las vías rurales de Ibagué.

El trabajo en equipo y la cooperación interinstitucional son clave para resolver los problemas de manera eficiente, sobre todo cuando se trata de la vida y el bienestar de las comunidades más vulnerables. La división entre las instituciones, por muy legítima que sea, genera ineficiencia y ralentiza las respuestas a las necesidades urgentes. Es cierto que la política muchas veces se convierte en un obstáculo para este tipo de colaboración, pero más allá de los intereses electorales, está en juego la calidad de vida de las personas que dependen de estas carreteras para su subsistencia.

Mi llamado es a que entendamos que, en tiempos de emergencia, todos somos iguales. No importa el cargo, ni el color político; lo fundamental es que las soluciones lleguen rápido y de manera efectiva. ¿Qué tal si, en lugar de centrarnos en la división, trabajamos en conjunto? Con trabajo en equipo y un enfoque común, las soluciones llegarán mucho más rápido y con mayores resultados.

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