Opinión

Recordando a Ibagué

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Hoy el dólar canadiense en pesos colombianos amaneció a $3.351,33, mientras que el dólar gringo, en pesos colombianos por supuesto, está en $4.523,12 y pues, del euro, no quiero hablar, como tampoco lo quiero hacer de otras monedas.

Hoy las declaraciones de don Salvatore retumban por cada rincón dentro y fuera del país, pero, lo más seguro es que no pase nada con todo lo que le hemos escuchado y, sobre todo, no les pasará nada a todos aquellos que le hemos oído mencionar.

Hoy los medios, los mal llamados medios de comunicación en Colombia, despertaron más corruptos que nunca, buscando la manera de proteger a sus jefes y de seguir engañando al pueblo, atacando la presidencia y creando cortinas de humo con la vicepresidenta.

Hoy la pobreza, el hambre, la violencia, la contaminación, el maltrato animal, los problemas de salud tanto física como mental junto con todos los males, aquí o allá, siguen ahí, como el dinosaurio ese.

Pero, mientras todo pareciera que sigue igual yo… desperté pensando en Ibagué, en mi ciudad natal, la ciudad que ha aguantado de todo, tanto la indiferencia de su gente, como la mano negra de la política que la ha mantenido en una suerte de atraso, sin dejar de lado que allí, muchos, dizque “periodistas”, junto con sus medios, han hecho de las suyas.

Hoy desperté pensando en la ciudad musical que llaman, aunque le haga falta música; desperté pensando en la tranquilidad de sus calles y avenidas, aunque muchos aseguran que ya no es tan segura y que la criminalidad se la ha tomado.

Desperté pensando en el Cañón del Combeima, en la brisa y el río, en las historias que algún día inspiraron mis escritos, en las comidas de mi madre, en mis libros y en todas esas cosas buenas que tiene este lugar.

Sí, lo reconozco, la vida tampoco es que sea color de rosa, pero, sigo pensando que el mayor problema de Ibagué y de toda Colombia es su gente. Más allá de los políticos corruptos y sus medios, están todos esos compatriotas que no hacen patria, que no inventan, que no cambian y lo más triste, que se vuelven cómplices de todos esos que le hacen daño al país y a la ciudad del sueño encantado.

Hoy desperté pensando en Ibagué, mi ciudad querida, la misma a la que espero regresar algún día para decirle que no es tan fea como algunos aseguran que es; que no es tan pobre como dicen por ahí, que tiene todo para salir adelante si las personas dejan el egoísmo a un lado.

En efecto, Ibagué Tolima podría ser un mejor lugar si los de teatro, si los de radio, si los de cine, si los de música, si los de arte, si los de televisión, si los de a pie, si los del gremio, si los profesores y rectores, si las escuelas y universidades y, en definitiva, si todos, dejan la envidia y el individualismo y comienzan a trabajar por el cambio que necesita Ibagué la ciudad de ensueño, la de los ocobos, la del río, la musical.

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