Opinión

Todos por Colombia, Colombia para todos

Óscar Barreto Quiroga

Óscar Barreto Quiroga

Columnista Invitado

Gobernar las diferencias es el gran reto que tiene el nuevo gobierno, sobre todo en tratándose de descifrar hacia donde debe ir nuestro país, como abordar los temas importantes y urgentes con quienes hacerlo y la manera de hacerlo.

En las primeras de cambio el nuevo gobierno, ha mostrado su gran propósito de unir al país, con base en un gran acuerdo para reconciliarnos, para construir el país que queremos y soñamos; esta iniciativa ha sido recibida de la mejor manera por sus aliados y contradictores, entendiendo todos que, es una gran oportunidad para sobre la base de las diferencias, el respeto por ellas, encontrar coincidencias, esta tarea no será fácil, desarmar los odios, las posturas radicales pero sobre todo los intereses, encontrará detractores, allí es donde es necesario que todos como he venido insistiendo, empecemos a pensar en los principios y no en las posiciones para que haya un gana, gana y no ganadores y perdedores.

Este gran momento del país debe tener la prioridad sobre los más de veinticinco (25) millones de colombianos que están en la pobreza, esos que aguantan hambre y reflexionar sobre los privilegios de otros millones de colombianos y colombianas que no producen nada, EQUIDAD, es la prioridad, oportunidades para todos y no para unos cuantos, pasar de la otra Colombia a la nueva Colombia. Por eso la reforma tributaria, tan necesaria como urgente debe marcar esos criterios, fundados noblemente en la constitución del noventa y uno (91) pero deformados por tanta politiquería, violencia y corrupción.

Somos la generación que debe labrar un camino distinto para esta y las nuevas generaciones, debemos ser capaces de deponer intereses particulares, odios y viejas rencillas ideológicas que históricamente nos han separado, para darle paso a una nueva forma de relacionarnos, alejados de la violencia física y moral. Los sicarios morales de izquierda y derecha, deberán cambiar su fuerza destructora y de construcción de proyectos políticos sobre los cadáveres de quienes aniquilan, por una política de respeto y amor, donde la independencia de los poderes, el imperio de la legalidad, la justicia y un control político y social construyan la Colombia que todos anhelamos.

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