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Trucos para ser un visitador de museos – museumgoer –

Martha Lucía Barbieri

Martha Lucía Barbieri

Comunicadora Social -Yo soy la que soy –

Un museo siempre nos sorprende, es más que ese lugar que conserva y exhibe obras de arte y preserva un patrimonio cultural. Tiene una parte estética que enlaza a lo sensorial y otra ideológica de expansión de la realidad y pedagógica. En las grandes metrópolis es casi mandatorio visitar museos y algunas personas no los disfrutan genuinamente, se convierte en salida obligada y terminan siendo parte de una lista de cosas por hacer porque son emblema y punto turístico de las principales ciudades del mundo.  

Philadelphia Museum of Art – Philadelphia – Foto Martha Lucía Barbieri

Pues bien, si no le gusta, no vaya y aunque los museos se aprenden a amar y a entender, es un interés que debe fluir sincera y naturalmente. Si está en plan de turismo y siente que debe ir a un museo por cumplir el requisito, tampoco vaya, las ciudades tienen mucho que descubrir y puede ser todo un plan ir a un pueblo pequeño, tomar un café en una terraza, conocer algún parque o simplemente sentarse en unas escaleras a ver pasar a los transeúntes. 

Los museos son siempre una opción de entretenimiento, así que si ya decidió ir a un museo de arte, le daré unos trucos para que lo pueda gozar sin agobio.  

Hay varios perfiles de visitantes: parejas, estudiantes, locales, personas mayores, turistas…en el grupo de turistas están los que van con total desconocimiento y entregados a lo que les ofrezca el día, el lugar y sin un estudio previo de lo que quieren observar y los que están un poco más informados, realizan algo investigación y saben lo que quieren conocer o aprender. Sea cual sea su caso, no recorrerá todo el museo en una sola visita, ni en dos.  

Barnes Foundation Philadelphia – Foto Agustina Morales Barbieri

– Hay ciudades que tienen varios museos importantes. Escoja, no es necesario visitarlos todos, vaya preferiblemente temprano después de dormir y comer bien y trate de que sólo ocupe una parte de su día.  

– Utilice ropa y zapatos cómodos y apropiados. Tenga en cuenta que hay un código de vestuario para el Vaticano, la Capilla Sixtina, la Basílica de San Pedro y los Jardines Vaticanos. Comodidad es diferente a descuido y los tacones pueden quedar para otra ocasión.   

– Evite bolsas, morrales, o maletas, lo incomodarán y distraerán. Algunos museos tienen servicio gratuito de guardarropa, en otros hay que pagar por ello y otros simplemente no lo tienen. Perderá tiempo buscando un locker o haciendo fila para guardar objetos innecesarios.  

– Vaya sin prisa, en turismo lento, desprevenido, sin juzgarse y respetando sus gustos particulares. No se preocupe tanto por entender el artista o su obra, mejor busque su propio foco y concentración. 

– Decida qué día quiere ir y en qué horario, compre las entradas por anticipado. Hay descuentos especiales o entrada gratuita en la mayoría de museos algunos días del mes y tienen horario extendido en determinadas temporadas del año o en ocasiones especiales. Tenga en cuenta que también cierran al público uno o dos días de la semana. Para el museo Van Gogh y la Casa de Anne Frank en Ámsterdam adquiera tiquetes con meses de antelación. 

– Trate de llegar en transporte público o caminando en caso de estar hospedado cerca. Estacionar no es fácil y las tarifas son altas.  

– Generalmente hay varias filas para el ingreso. Asegúrese de que está haciendo la que le corresponde.   

– Muchos museos tienen su propia app. Intente obtenerla y explorarla previamente, así como conocer de antemano si hay una obra o tipo de arte que quiera ver en particular. Apenas ingrese, agarre un mapa y el panel introductorio para informarse y ubicarse. Si va con acompañantes puede poner un punto y hora de encuentro por si deciden explorar alas diferentes o llegan a perderse. Todos tenemos ritmos y gustos distintos y aunque vaya en grupo, explorar solo es divertido.   

– Para algunos, la audio guía puede ser de gran ayuda. Está en varios idiomas y es útil la explicación sobre la obra. En tiempos de pandemia lo han rediseñado y algunos museos dan la opción de escanear la obra con su teléfono móvil y envían un resumen de la misma a su correo electrónico. Cuando llegue a casa tendrá en su celular las obras que vio durante el día. También puede estar en un tour guiado. 

– Los museos tienen exposiciones permanentes y temporales, éstas últimas son una buena opción porque reúnen en una sola sala obras que difícilmente se verán juntas otra vez.  

– Tome descansos, hidrátese bien, lleve una barra de chocolate o algo ligero y pequeño para comer y que le de energía por si la línea de la cafetería está muy larga o simplemente para que tenga un tentempié. Los museos cada vez tienen más afluencia de gente y ruido, una pausa ayuda a reactivarse.  

– Si se concentra demasiado en tomar fotos o posar para las mismas se perderá gran parte de la visita. Evite los distractores y de esta manera será más fluido el trayecto.  

– A menos de que realmente sea un intelectual o vaya con uno, deje a un lado el «síndrome» del intelectual (el que todo lo sabe), el del fácil (el que todo le gusta), el de la selfie…

– Los niños son abiertos y desinhibidos, ellos aprecian mucho estas salidas, únicamente  procure que estén confortables.  

– Si puede compre un souvenir, generalmente hay de todo y es parte del plan.  

– Cuestiónese sobre su nivel de satisfacción y haga una reflexión de su visita. Cada uno percibe la exposición de manera diferente intente conocer cuál fue la suya. 

Rijksmuseum, Ámsterdam The Night Watch – Rembrandt – Foto Agustina Morales Barbieri

Los tips ayudan a ser más cómodo y fácil el plan y esto lo ayuda a disfrutar. Sin embargo, salga un poco del contexto e imagine cómo fue pintada o esculpida una creación, las circunstancias en las que estaba envuelto el artista y que provocaron su inspiración y sentimiento, la época en que vivía, asimile la emoción que esto le produce.  El arte nos complace, es un canal de expresión con efecto liberador, de desarrollo personal y es casi terapéutico y curativo. 

El arte transmite mensajes, es un bien común, se cuida, se conserva y es a lo que recurre mucha gente para airear su espíritu, despertar la admiración, dar rienda suelta a la imaginación y creatividad y también reencontrarse con su capacidad de asombro. 

Cuando yo salgo de un museo lo hago con regocijo, sobrecogimiento y cierto grado de euforia porque el arte es un lenguaje universal que trasciende y sensibiliza y las obras se resisten al gusto y a la explicación. 

Los artistas crean una mejor sociedad porque son seres sensibles, a través del arte aprendemos la historia del mundo, a apreciar la belleza en sus diferentes manifestaciones y creamos conciencia de lo que le puede dar encanto a los lugares. El arte forma parte de la sociedad como la política, la ciencia, el deporte… 

Este jueves de volver a lo que fue, a lo que siempre será…recuerde que «aunque parezca paradójico, la vida imita al arte mucho más de lo que el arte imita a la vida». 

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