Opinión

Una sociedad de fantasía

 Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Escritor

Hace poco escuchaba un discurso del presidente Gustavo Petro… lo ha leído bien, Gustavo Petro, sin duda, el mejor presidente que ha tenido un país en donde su gente, durante muchos años, pensó que tenía una sociedad de fantasía.

Sí, Gustavo Petro, un hombre que se la está jugando toda por enseñarle algo importante a un pueblo que ha vivido en la fantasía.

Como siempre, el presidente Petro brilló por su elocuencia y por los mensajes enviados en su palabra; mensajes que, cuando tenemos un hálito de sentido común y de pensamiento crítico, nos ponen a reflexionar.

Fue así como recordé la historia de Colombia y su gente con los gobiernos anteriores, cuando el presidente dijo que los colombianos no sabíamos en realidad qué era la democracia; que los colombianos ni siquiera la habíamos podido probar porque los poderosos y los corruptos siempre se las han arreglado para que todo gire en torno a sus intereses.

Por supuesto, las palabras de Gustavo Petro hieren en lo más profundo a los que se creen dueños del país y a los ignorantes que les siguen, sin que eso quiera decir que falte a la verdad, porque, la realidad es que a Colombia se la han robado a su antojo mientras nos han hecho creer que elegimos presidentes, alcaldes y hasta gobernadores; pero, si lo miramos con detalle, el único presidente que realmente ha elegido el pueblo ha sido a Petro, por eso es que les duele y les arde.

Y no se sorprenda por lo que aquí escribo ya que es muy cierto. Las familias de bien que llaman, los gobiernos que usted conoce, los empresarios y los medios de siempre, no han hecho otra cosa que jugar con todos nosotros, nos han mostrado historias fantasmagóricas para que terminemos diciendo y haciendo exactamente lo que ellos quieren. De ahí la resistencia al cambio con los argumentos que Petro ha traído consigo.

No, no es cierto que Colombia haya tenido una democracia; no, no es cierto que este país y su gente haya estado viviendo en el país más feliz del mundo o en un lugar que se asemeja al paraíso cuando sujetos como el innombrable gobiernan. Sin embargo, si por alguna razón usted no me cree, lo único que tiene que hacer es revisar la historia del país; ahí encontrará las masacres, el desfalco al erario y toda la podredumbre que nos ha acompañado por tanto tiempo.

Ahí se dará cuenta cómo nos enseñaron a normalizar la violencia, la guerra, la desigualdad, mientras que ellos, los de arriba, han venido trabajando de la mano del narco, de los paras, de la delincuencia y de la misma guerrilla que en algún tiempo era el coco enemigo de todos.

Revise, abra los ojos, deje de tragar entero, no necesita a un especialista, busque en internet y se dará cuenta que hemos sido engaños, vilmente engañados porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!

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