Opinión

Discurso de odio en el paraíso

 Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Escritor

Recuerdo que cuando llegó la pandemia, muchos tuvimos que trabajar día y noche para poder sostener a quienes se quedaron en casa, a los pensionados, la salud, la comida y hasta las inversiones de guerra y los salarios del mismo gobierno.

Recuerdo además que, para ese entonces, cientos de miles de inmigrantes llegaron a este lugar al que muchos llaman El Paraíso y sin pensar si el COVID-19 se los iba a llevar, trabajaron día y noche para sostener a los que se quedaron en casa, a los pensionados, la salud, la comida y hasta las inversiones de guerra y los salarios del mismo gobierno.

Recuerdo también, que esta tierra fría y la del tío Samuel, entre otras, son tierras levantadas por inmigrantes y gracias a los mismos, la economía fluye, ya que, para nadie es un secreto que los inmigrantes solemos hacer los trabajos que otros no hacen y nos gastamos millones y millones, sólo en poder venir y ni hablar de lo que nos gastamos una vez que estamos dentro.

Entonces, me pongo a pensar:

¿Cómo es posible que un gobierno cuyo país junto con sus regiones, que reciben a miles de inmigrantes al año, porque el negocio es redondo socio, y que saben que estos recién llegados no sólo les van a poblar sus tierras, sino que, además, contribuirán a mejorar o a sostener su economía, se atreva a patear a la gente que le está ayudando?

Se necesita ser muy desagradecido y hasta racista para generar discursos y narrativas de odio en contra de los inmigrantes.

Y si usted se está preguntado por qué escribo lo que escribo tengo que contarle lo siguiente:

Resulta que, recientemente el primer ministro de la provincia de Quebec Canadá, dio unas declaraciones en donde asegura que la culpa de las desgracias de esta región, sobre todo, la crisis de la vivienda, en un 100% es culpa de nosotros los inmigrantes.

¿Se imaginan ustedes semejante acusación? Por cosas más simples hemos visto ataques de toda índole a diferentes grupos sociales.

Lo que se le olvida definitivamente a este señor, es que gracias a los inmigrantes la provincia se ha visto beneficiada en muchos aspectos, sobre todo, sus pequeñas y medianas empresas que se favorecen de la mano de obra extranjera y que ahora se muestran muy preocupadas por las leyes antiinmigración.

Sin embargo, y para nuestra fortuna, no todos están tan cerrados como este señor. El ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía de Canadá, Marc Miller, salió en nuestra defensa y dijo que estaba cansado de escuchar que a los inmigrantes se les culpe de todo. Y reiteró que el aumento de las hipotecas no tiene nada que ver con los inmigrantes.

A la voz del ministro, se sumaron también el Observatorio de las Desigualdades Raciales (OIRQ) y el Instituto de Investigación e Información Socioeconómicas (IRIS) quienes publicaron un reporte de (Igualdades) el cual busca fomentar la reflexión y el análisis y que de esta manera se favorezca la mentalidad colectiva crítica y autocrítica sobre la desigualdad racial en Quebec.

No cabe duda entonces, que la ignorancia y el racismo todavía se mantienen, aunque uno pueda leer esos carteles que dicen tolerancia 0. No cabe duda que a todos los que intentan culparnos a nosotros los inmigrantes de sus desgracias construidas a pulso, se les olvida que gran parte de esos dólares que les entran a sus cuentas mes a mes, las tuvimos que sudar nosotros que le ponemos el pecho a la brisa sin chistar.

Por todo esto y más, vale la pena que los discursos de odio de este tipo de dirigentes y otros, nunca se olviden y, sobre todo, sean tenidos en cuenta en las urnas porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!

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