Cercanos a la Gente generamos confianza
Cada día entiendo con mayor claridad que la mejor estrategia para avanzar en cualquier propósito inherente a nuestra actividad como Corporación Autónoma Regional, es la cercanía con la gente. Permanecer en los territorios es la mejor manera de entender a la comunidad, de conocer sus anhelos y sueños, de identificar los problemas y lo más importante, de construir con ellos, tomados de la mano, las soluciones para cuidar y preservar el medio ambiente y mejorar sus condiciones de vida.
Cambiar la vieja relación piramidal y la comunicación vertical, por relaciones más cálidas y cercanas, nos ha permitido ser más eficientes en dar solución a los difíciles problemas socio-ambientales que se presentan en las regiones. La comunicación directa, fluida, respetuosa y cercana, nos ayuda a comprender con precisión las dificultades para responder asertivamente y dirimir las diferencias.
La cercanía con la gente, también nos ayuda de gran manera a desarrollar nuestros procesos de educación ambiental, en un componente que hemos señalado como la apropiación social del conocimiento, que se convierte en la herramienta más eficaz para poder generar una verdadera conciencia ambiental en la sociedad. Niños, jóvenes y adultos, de todos los municipios están reconociendo sus entornos, entendiendo las dinámicas de la naturaleza y apropiándose de una cultura de cuidado y respeto que nos ayuda a formar una generación capaz de liderar los procesos de cambio y armonía, entre el desarrollo social y económico, y el cuidado del ambiente.
Estar con los pies en el territorio nos permite identificar problemáticas y mejorar la calidad de vida de los tolimenses, como un propósito superior que, desde luego, va íntimamente ligado con la protección y preservación del ambiente, a través de los procesos que desde los territorios hemos podido amplificar.
Acciones, por ejemplo, como la entrega de estufas ecoeficientes a familias en los municipios de la geografía tolimense, nos permiten lograr dos triunfos de altísimo valor; el primero es el de minimizar el impacto ambiental por la tala de árboles y el segundo resolver un problema de salud pública que se genera por la inhalación del humo. Estas estufas utilizan menos cantidad de leña, logran mayor concentración de calor para utilizar menos tiempo de cocción y se reduce la exposición directa al humo.
Los procesos de restauración ecológica también nos exigen cercanía con la comunidad. Esta actividad, de la cual me siento muy feliz por el éxito obtenido en muchos de ellos en el Tolima, nos han permitido un diálogo fluido con la gente, en un intercambio maravilloso del saber popular con el conocimiento técnico de nuestros profesionales, lo cual nutre el paso a paso de la restauración ecológica como nuestra apuesta fundamental por la conservación de la biodiversidad y reposición del capital natural. También como la restitución de los servicios ecosistémicos y a la par desarrollar proyectos que impacten positivamente a las comunidades y el medio ambiente.
Después de cada visita que con mucha frecuencia hacemos a los territorios, reflexiono sobre lo determinante que son esos encuentros con la gente, sobre los importantes aprendizajes a nivel personal y profesional, sobre el impacto positivo que tiene en la comunidad que nuestra entidad, Cortolima, llegue a sus poblaciones para escucharlos, para mirarlos a los ojos y expresarles que no están solos y que juntos debemos ser los protagonistas de los grandes cambios que estamos haciendo para beneficiar la vida, el agua, la salud y los ecosistemas que todos disfrutamos.