Opinión

La oposición y su No-reforma a la salud

Martha Alfonso Jurado

Martha Alfonso Jurado

Representante a la Cámara por el Tolima y Columnista Invitada

En plenaria de Cámara de Representantes los partidos Cambio Radical y Centro Democrático sabotean permanentemente el trámite del proyecto de reforma a la salud presentado por el Gobierno Nacional:  rompen el quórum, alegan vicios de forma todo el tiempo sin discutir lo de fondo, utilizan todo tipo de dilaciones y “jugaditas” para frenar el trámite de la misma.

Mientras tanto, los mismos partidos en el Senado, específicamente en la Comisión Primera, juiciosamente vienen defendiendo un proyecto que busca modificar la ley estatutaria 1751 de 2015, que reconoce el derecho a la salud como derecho fundamental.

En la práctica, en lugar de fortalecer los mecanismos para que se haga realidad el derecho a la salud para todos los colombianos y colombianas, el proyecto defendido por los partidos de oposición en Senado busca acotar el alcance del derecho a la salud para que se ajuste más aún a la lógica de servicio que sostiene el modelo actual, altamente intermediado por privados que manejan los recursos públicos de la salud, es decir, altamente privatizado.

El mundo al revés. Durante décadas el pueblo colombiano ha exigido que el Estado garantice el derecho a la salud y hoy que un gobierno se apresta a hacerlo, sectores políticos que dicen defender la institucionalidad, se desesperan en artimañas políticas y estrategias legislativas para no permitirlo.

Lo anterior se evidencia en el articulado de ese regresivo proyecto de No-reforma, al proponer que el Estado asuma la atención en salud de la población en las zonas rurales y dispersas, pero sin modificar la lógica de venta de servicios con la que tienen que sobrevivir los hospitales públicos de nuestro país, la cual los quiebra porque la demanda en esas zonas no logra cubrir sus costos de operación y atención.  Por el contrario, la reforma propuesta por el gobierno busca que en todo el país, se subsidie la oferta en atención primaria para que todos los prestadores primarios garanticen el acceso de todo el pueblo colombiano sin distinción alguna.

Este proyecto de Cambio Radical y el Centro Democrático no toca para nada el actual papel que juegan las EPS y su potestad para manejar los recursos y conformar las redes de prestación de servicios, que son precisamente los factores por los cuales la mayor parte de la oferta de servicios, infraestructura y talento humano se concentran en ciudades capitales y cascos urbanos, mientras que en las zonas rurales y de población dispersa, brillan por su ausencia.

El proyecto de la oposición perpetua las brechas regionales en el acceso a servicios, generada por el manejo monopólico e inequitativo de los recursos públicos de la salud: ¿qué les hará pensar que seguir haciendo lo mismo va a generar un resultado diferente? ¿Cómo se van a financiar los prestadores primarios en las zonas rurales dispersas, si lo que proponen los partidos de oposición no modifica el sistema de administración de los recursos del sistema?

En segundo lugar, el proyecto de la oposición pretende que el giro directo se realice solamente cuando las EPS están intervenidas, que es básicamente seguir haciendo lo que actualmente se hace, que no ha funcionado y que explica en parte por qué muchos hospitales públicos y clínicas privadas han quebrado. ¿Por qué no girar directamente a todos los hospitales y clínicas de manera directa, que son las instituciones que prestan en realidad los servicios de salud, en lugar de permitir la intermediación financiera de las EPS?

En tercer lugar, el proyecto reafirma el enfoque individual de la atención primaria en salud que tenemos en Colombia y que va en contravía de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud al respecto, es decir, comprender que la enfermedad está determinada por factores sociales que deben estudiarse e intervenirse para prevenir la enfermedad y en tal sentido, la atención primaria sólo tiene sentido en tanto se organiza y atiende desde un enfoque familiar y comunitario.

La cereza del pastel de esta No-reforma, y que también evidencia la hipocresía con la que los partidos de oposición han asumido el debate sobre la reforma a la salud, tiene que ver con la propuesta de crear un fondo de garantías, con recursos públicos, para pagar las deudas de las EPS. Este fondo, además de estimular una cultura de no pago por parte de las EPS, podría convertirse en un verdadero “barril sin fondo” del sistema de salud que desangraría los recursos del sistema, pues ya se han dado varias medidas de alivio financiero a las EPS y aun así, se siguen quebrando una tras otra, dejando nuevas deudas sin pagar a los prestadores de servicios, quebrándolos durante más de 20 años.

Lo paradójico es que estos mismos partidos utilizan como argumento constante contra la reforma del gobierno, la ausencia de aval financiero de Minhacienda pero le proponen al país un fondo de garantías para las EPS que no tiene sustento ni base financiera alguna. Por el contrario, el proyecto del gobierno tiene una planeación financiera a 10 años sustentada hasta la saciedad

Todo lo anterior evidencia ante el país, que la oposición no está preocupada por la salud de los colombianos sino por el negocio y la rentabilidad de las EPS.

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