Opinión

Depende de quién sean los hijos

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Depende de quién sean los hijos la vida va y viene. Si son hijos de ricos pueden hacer de todo y les va a quedar bien, inclusive si lo están haciendo mal. De hecho, aunque cometan crímenes atroces, serán aclamados por ese pueblo cuya pobreza mental es tan grande que les hace pensar que se quieren parecer a más de un engendro parido y criado para hacer daño.

Depende de quién sean los hijos es escucharán los aplausos y las violaciones y las muertes tendrán un valor particular. Si son hijos de los pobres, llevarán consigo un letrero que invita a cualquier desadaptado a dispararles sobre su humanidad o simplemente, en donde se indica que pueden abusar de todas las formas posibles.

Depende de quién sean los hijos, del color de su pelo, de su piel, de sus dientes así mismo serán las oportunidades que tendrán, porque, entre más “blancos” mucho mejor, dan más seguridad, no importa que sean capaces de matar, no; lo importante es que se vean lindos, perfectos, como los prototipos que ha creado esta sociedad sensacionalista.

Depende de quién sean los hijos, de las cosas materiales que tengan, de los vínculos, del árbol genealógico y todas esas majaderías propias de reyes, colonizadores y en general, pues así mismo serán amados, porque no puede ser que un hijo cuya historia haya estado ligada al mundo de los esclavos, de los prisioneros, los revolucionarios o similares, pueda en estos tiempos gobernar.

Tal vez por esta razón, países como Colombia o mejor, gente como mucha de la que vive en el país del amarillo azul y rojo y cientos de los que viven afuera, siguen perdiendo la memoria cuando los hijos de los ricos de siempre delinquían de la mano de sus progenitores.

Aclaro por supuesto, que no estoy quitando responsabilidad al hecho de corrupción que se ha presentado con el hijo del actual presidente de la república no; sin embargo, ahora que leo y veo a más de un indignado porque la negra, porque el guerrillero, porque los hijos, no dejo de preguntarme ¿En dónde estaba esa misma indignación cuando los narcos, los corruptos y sus hijos hacían de las suyas? ¿En dónde estaban cuando a más de cinco mil hijos les pusieron las botas para hacerlos pasar por guerrilleros?

El tiempo avanza y no hay duda que, como ya lo he dicho cientos de veces, el problema de mi amada Colombia no es otro que su misma gente, dentro y por supuesto fuera del país.

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba