Opinión

Dolor de padre

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

El video que conocimos de Bruno Díaz donde acusa a Gustavo Bolívar por la pérdida que tuvo su hijo es abrumador. Verlo denunciar a quien en otrora fuera su amigo y compañero de camino político nos deja ver, como él dice, “Amigo el ratón del queso”.

“Sin ética no hay paraíso” es la acusación de Bruno Díaz a Gustavo Bolívar porque Diego Andrés Díaz Valdiri, hijo de Bruno, instaló en Paraíso Hotel Estudios, el hotel de Bolívar en Ricaurte, Cundinamarca, un sistema de paneles solares en 2018, a través de su emprendimiento llamado GAIAG, Guianza y alianza por la tierra, el aire y el agua, instalación que trajo beneficios económicos para el negocio y por la que Bolívar jamás terminó de pagar.

Aunque en el video Díaz no lo menciona, al parecer Diego Andrés se quitó la vida en abril de este año (2021), agobiado por las obligaciones económicas adquiridas y con las que no pudo cumplir porque a él no le cumplieron. Bolívar solo hizo un primer pago de 20 millones y nunca más hubo ningún tipo de abono a los 200 millones que en total, costó la obra y por la que Díaz Valdiri tuvo que endeudarse con los bancos.

Gustavo Bolívar argumenta que la pandemia y el uribismo son los culpables de la quiebra de su hotel, que por eso no pagó las cuotas, aunque el negocio con GAIAG se hizo dos años antes de la llegada del Covid, cuando el hotel ya tenía deudas con Codensa por el pago de energía. Pero tampoco tuvo la gallardía de darle la cara a Diego Andrés en las diversas oportunidades en que lo buscó para recordarle la deuda, solo lo esquivó prometiéndole que cancelaría las facturas vencidas, lo que nunca ocurrió.

Sin embargo, Bolívar sí ha podido ofrecerle su salario a las madres de Soacha o para hacer escuelas y  pudo hacer una Vaki para apoyar a la Primera Línea en la época del Paro. Desafortunadamente, su salario no le alcanzó para pensar en pagar sus deudas sino hasta este mes de julio, cuando intentó comunicarse con Bruno Díaz por WhatsApp para darle el pésame por el fallecimiento de su hijo (¿hasta julio?) y tratar de conciliar el pago por cuotas de la deuda. Como este ya no es un asunto de dinero, Díaz lo ignoró. Creo que ese fue el empujoncito que necesitó para dar a conocer al mundo lo ocurrido, para contarle a todos que él también fue engañado porque, al fin de cuentas, fue él quien llevó a Diego Andrés ante Gustavo Bolívar, creyendo y confiando en su integridad.

Esperemos que, más que el video, sean las pruebas que están en él las que tengan repercusiones, como lo pide Bruno Díaz. No perdemos la esperanza en que la verdad, de alguno de tantos casos que involucra a nuestros políticos, se sepa.

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