¿El Deporte en Colombia es Enemigo de Gustavo Petro?
Colombia está viviendo un momento de profunda crisis en el ámbito deportivo, y lamentablemente, parece que el principal responsable de este desastre es el gobierno de Gustavo Petro. Si usted es deportista, tal vez se haya sentido recientemente como un enemigo del presidente y su administración. Basta con observar los hechos: desde la cancelación de los Juegos Panamericanos en Barranquilla, pasando por la falta de recursos para los I Juegos Nacionales Juveniles Eje Cafetero 2024, hasta el caos administrativo en el Ministerio del Deporte, donde han cambiado ya tres ministras en menos de dos años. Todo parece indicar que el deporte en Colombia no tiene cabida bajo el gobierno del “progresista” Petro.
Uno de los golpes más duros para el deporte colombiano fue la “suspensión” de los Juegos Panamericanos en Barranquilla. Este evento deportivo, que podía haber sido una vitrina internacional para nuestro país, fue cancelado por falta de gestión administrativa y como retaliación política, dejando a la ciudad caribeña sin una oportunidad histórica de mostrar su infraestructura y capacidad organizativa. ¿Y qué pasó con los recursos destinados para esos juegos? En lugar de destinarlos a otros eventos de importancia nacional como lo prometió, a los Juegos Intercolegiados nunca llegaron y también se vieron afectados por la falta de presupuesto.
El colmo de la irresponsabilidad se evidencia en la falta de apoyo a nuestros medallistas olímpicos y campeones mundiales. Deportistas como Rigoberto Urán han sido atacados de manera descarada por un gobierno que, en lugar de apoyarlos, los ha tratado como si fueran simples peones en un juego político y todo porque en el Giro de Rigo la gente gritó “Fuera Petro”. Las glorias del deporte colombiano han alzado la voz para pedir el respaldo que Petro les prometió durante la campaña, y, hasta ahora, solo han recibido indiferencia.
Lo más absurdo es la estrategia de comunicación que lanzó el gobierno a través de los medios públicos nacionales, intentando “obligar” a la gente a escuchar las transmisiones del fútbol colombiano. El gobierno creyó que podía imponer narradores y comentaristas que la gente debería seguir, sin entender que el público ya tiene sus preferencias y no necesita que el gobierno se entrometa en sus elecciones.
Este es el gobierno en el que estamos: si no estás a su favor, eres ninguneado. En el deporte, como en otros ámbitos, Petro ha demostrado que su administración no sabe gestionar ni apoyar lo que realmente representa a Colombia en el mundo. El deporte se ha convertido en un campo de batalla política, donde quienes defienden a su país a través del esfuerzo y el sacrificio son ignorados y despojados de los recursos que necesitan. En resumen, bajo el gobierno de Gustavo Petro, el futuro del deporte colombiano es incierto y sombrío.