“El mundo necesita misioneros de justicia y paz”: papa León XIV en el Jubileo de la Juventud

El papa León XIV presidió este sábado 2 de agosto una multitudinaria vigilia en la explanada de Tor Vergata, en la periferia de Roma, como parte del Jubileo de la Juventud, uno de los actos centrales del Año Santo. Cientos de miles de jóvenes procedentes de 146 países se congregaron para escuchar el mensaje del pontífice, que hizo un llamado urgente a convertirse en “misioneros del Evangelio”, promotores de justicia, paz y esperanza.

“¡Cuánto necesita el mundo misioneros del Evangelio que sean testigos de la justicia y la paz! ¡Cuánto necesita el futuro hombres y mujeres que sean testigos de la esperanza!”, exclamó León XIV, dirigiéndose directamente a los jóvenes, a quienes alentó a asumir esa misión con decisión y fe. “Esta es la misión que el Señor Resucitado confía a cada uno de nosotros”, agregó.

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Durante el encuentro, el papa respondió a tres preguntas formuladas por jóvenes de diferentes partes del mundo. A una de ellas, que cuestionaba cómo una generación frecuentemente tildada de superficial puede buscar el bien en medio de la incertidumbre, León XIV respondió que todo parte de la conciencia y de la educación en la bondad.

“Nuestra comprensión de lo que es bueno refleja cómo ha sido formada nuestra conciencia por quienes nos han amado, escuchado y guiado”, explicó. También subrayó la importancia de la Iglesia como comunidad de apoyo en este camino, “una comunidad de creyentes que se apoyan mutuamente como misioneros de justicia, paz y esperanza”.

El acto continúa esta noche con una gran acampada juvenil en Tor Vergata, animada por música y actuaciones artísticas, y culminará el domingo con una misa oficiada por el propio pontífice. Se trata del evento más multitudinario del joven pontificado de León XIV, y aunque el número definitivo de asistentes aún no ha sido confirmado, los organizadores anunciaron que la cifra podría alcanzar el millón de participantes.

León XIV se despidió de los asistentes animándolos a “perseverar en la fe con alegría y valentía”, dejando un mensaje de compromiso, fraternidad y esperanza para toda una generación.