Opinión

El tal calentamiento global

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Según cuentan los que saben, ese cuento fantasmagórico sobre el calentamiento global que, por supuesto, no existe, comenzó con la misma revolución industrial. Muchos años después, el científico sueco Svante Arrhenius determinó que el uso del combustible fósil produciría lo que hoy se conoce como efecto de invernadero o calentamiento global; no obstante, y como suele suceder con los temas importantes, todo quedó en el olvido.

Posteriormente, la ciencia y sus científicos siguieron haciendo sus investigaciones, pero, el calentamiento siguió en aumento sin que nada ni nadie lo detuviera. Luego las guerras, luego las noticias, la publicidad, las modas y por supuesto el entretenimiento, así que no hubo mucho tiempo para prestar atención a los cambios que estaban aconteciendo y que a la fecha son realmente catastróficos.

Sin embargo, y luego de mucho tiempo desde el científico aquel, unos mechudos que promovían la paz y el amor y que fumaban marihuana, comenzaron a hablar del amor a la tierra, de la conciencia verde y, casi sin querer queriendo, nace un movimiento que, aunque lento, al menos ha puesto a pensar a unos y otros sobre ese tal calentamiento global.

Pues bien, a este movimiento casi imperceptible, se han venido uniendo, además de la ciencia, actores, políticos y otras personas que hoy en día luchan porque despertemos a esta nefasta realidad.

Sí, mientras la población mundial sigue preocupada por asuntos como: el último juego de Play en red, el celular más reciente, el político del momento, la moda o, incluso, la pandemia que, por supuesto es un tema bastante complejo, el calentamiento global avanza a pasos agigantados causando todo tipo de consecuencias como inundaciones, deslizamientos, incendios y más. Pero no queremos ver y preferimos ignorar.

Por supuesto que esta ignorancia, tal y como ocurre con el Covid-19, tiene que ver con las metodologías y discursos que utilizan los gobiernos y los medios para jugar con sus intereses personales, de ahí que no es raro escuchar a unos y otros decir que todo marcha bien en este planeta. A eso se suma que, hablar de calentamiento global, para la gran mayoría de personas, es cosa de los documentales o de una clase aburridora de ciencias naturales. Pero, la muerte y por qué no, hasta una posible extinción de la raza humana, está a la vuelta de la esquina.

Este año, por ejemplo, Canadá, reconocida como la nación del invierno eterno, experimentó un cambio bastante particular, como lo he mencionado en otras publicaciones. El verano estuvo extremadamente caliente, fuera de lo normal y, a la fecha, ya casi acercándose la navidad, regiones como Québec o Montreal, no saben lo que es la nieve cuando el año pasado había nieve hasta para exportar y, así con diferentes lugares del mundo en donde la temperatura ha dejado desconcertados a sus pobladores.

Entonces, las muestras sobre la problemática que enfrentamos es más que obvia, aunque la nieguen, aunque se siga consumiendo, destruyendo, procreando, devorando y exterminando con todo y gerundio, el calentamiento global nos está lastimando y nos lastimará mucho más cuando llegue el momento. Estamos a tiempo de detenerlo sí, pero, se necesita de una publicidad más feroz que la que le han hecho a la guerra, a la pandemia o cualquier otra cosa. Por ahora, no resta más que pedirle a este maravilloso planeta lo que dice la canción: “Planeta tierra no dejes de volar”.

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