Opinión

Encontremos un lugar para la Feria de Cali

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Considero que, en Cali, debemos abrir un debate que no es fácil, pero es necesario: la Feria de Cali necesita su propio espacio. Lo digo por el conflicto que acaba de dirimir la justicia en la ciudad frente a la Calle 25, al considerar que realizar los desfiles en ésta, no ocasiona daño ambiental. Sin embargo y aunque los árboles y las palmas no se dañen, nadie puede desconocer las afectaciones que causan este tipo de eventos en las zonas blandas, sobre todo en los casos de lluvia.

No podemos seguir, cada año, buscando el espacio indicado para realizar la Feria de Cali y sus múltiples eventos. Recordemos que ésta, comenzó hace 68 años en la calle, a disposición de los caleños que querían disfrutarla desde algún balcón o en cualquier esquina. Pero, en algún momento a alguien se le ocurrió “organizarla” mejor y, junto a eso, llegó una logística nueva y un distanciamiento con los caleños que acostumbraban disfrutarla de principio a fin. Esa nueva logística, también trajo nuevos costos y nuevos intereses para quienes querían asumirlos, además del desarrollo de nuevas actividades.

Con el paso del tiempo, tampoco podemos desconocer el crecimiento de la ciudad, de la cantidad de habitantes y, por ende, de la feria misma, que ha ocasionado que se desarrollen o creen eventos en cada esquina de la ‘Sucursal del Cielo’, convirtiendo a la ciudad durante el mes de diciembre, en un espacio más de conflicto que de regocijo para muchos, culpa del ruido en el que nos acostumbramos a vivir sumidos.

Y ni hablemos del caos en que se convierten los sectores aledaños a los espacios destinados para la feria: calles con dificultades de acceso, familias enteras encerradas y bloqueadas dentro de sus casas, debido a los cercos que se establecen para ofrecerle tranquilidad a quienes disfrutan de las actividades, pero sin tener en cuenta las necesidades de quienes habitan la zona: emergencias médicas, acceso irrestricto y hasta la posibilidad de dormir en calma.

Es hora de encontrar el espacio más adecuado para la Feria de Cali. No habrá uno ideal, eso es claro, porque ninguno será perfecto para todos, pero sí se puede encontrar un espacio que cumpla con las expectativas de la mayoría, que cause la menor afectación posible con los horarios y el ruido de la rumba, cuyas aglomeraciones no dificulten la vida de quienes están alrededor.

Debemos reconocer que la feria MERECE su lugar, tener posibilidades de acceso para todos y no ser considerada en el mes de enero, como un evento que sólo trae detrimento al ambiente, a la estética y a la paz de la ciudad. Porque no podemos negar que el ruido que ocasiona y el daño de las zonas verdes es real, más en diciembre, que es un mes acompañado por lluvias y, la presencia de éstas en estos eventos, hace más daño que bien en las zonas blandas.

No podemos seguir permitiendo que este legado siga dando tumbos por la ciudad. Es hora de que la Alcaldía de Cali y Corfecali, se pongan las pilas y le busquen un lugar al evento, uno que sea definitivo, que sea tan idóneo porque no ocasione molestias, que nadie quiera moverlo y que, si a alguien se le ocurre hacerlo, sea la misma ciudadanía la que lo impida, porque se siente conforme con el espacio. Ha llegado la hora de que cada caleño vuelva a sentir que esta es “mi feria, mi rumba”.

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