Gustavo es hora de gobernar sin su arrogancia
Bien dicen nuestros mayores que “la lengua es el azote del c…”, pretender que, con cada salida en falso de Gustavo Petro, Presidente de Colombia, no pase absolutamente nada sería absurdo, y es que son demasiadas las cosas que surgen a partir de las declaraciones de un Jefe de Estado, por lo que representa para el país y es por ello que se le pide prudencia en sus declaraciones.
Pero si a eso le sumamos las desafortunadas declaraciones y contradicciones que se generan desde los ministros de su gabinete en temas como hacienda, pensiones, seguridad, salud, infraestructura, relaciones internacionales, turismo, agricultura, etc. pues necesariamente nos vemos afectados TODOS, lo peor es que hoy estamos siendo avasallados por una serie de circunstancias que nos tienen con una gasolina que parece no tener techo, los alimentos por las nubes, el dólar que no tiene estabilidad y la incertidumbre de ¿Cuándo será que vamos a vivir sabroso todos?.
Presidente, más allá de sentirme representado por usted, hoy siento una profunda intranquilidad con su actuar, con las alianzas macabras y soterradas que realizó para ser elegido, pero lo más grave de todo es que en su arrogancia no tenga la capacidad para aceptar que se equivocó con tal o cual tema, hoy todavía estamos a tiempo de corregir las cosas que se han hecho mal, es tiempo de que gobierne para todos, no para su ego, el tiempo va pasando, ya estamos a 4 meses de cumplir el primer año de su gobierno y son más las dudas que tenemos los colombianos que las promesas de su campaña cumplidas.