Huérfanos emocionales
“Ni tus peores enemigos pueden hacerte tanto daño como tus propios pensamientos”
(Buda)
Hemos avanzado en tecnología, así como en tácticas de guerra, avances científicos, vacunas, prótesis para alguna parte del cuerpo lesionada e, inclusive, los avances en el cine, la televisión, la imprenta, la mecánica y muchas otras cosas más que nos dejan sin lugar a dudas anonadados.
Sin embargo, cuán atrasados estamos en Educación Emocional. Sí, la Educación Emocional, la salud mental y todo lo que tenga que ver con el tema, es tan importante como la misma salud física. Lamentablemente, parece ser que poco o nada importa, ya que se suele creer que son tonterías de locos o de personas débiles y faltas de verraquera.
Pese a lo anterior, cada día son más y más los casos de violencia familiar relacionados con problemas mentales, consumo de drogas, alcohol y lo que es peor, suicidios. Para la muestra, lo que ha estado sucediendo en Ibagué y su tristemente famoso puente de la variante. Algo que debería en estos momentos tener toda la atención, no solo de las autoridades competentes, sino, además, de la población en general.
Y es que no basta únicamente con dejar todos estos líos emocionales en las manos de Dios, se necesita comenzar a revisar cuál es la situación y el porqué de todo este malestar emocional que lleva a niños, jóvenes y adultos a destruirse de tal manera.
Ahora bien, la palabra (tóxico o tóxica) se ha puesto de moda y vemos cómo es utilizada en las redes como una suerte de información terapéutica que unos y otros utilizan para justificar sus malas acciones en relaciones de pareja, amistad e incluso, en relaciones laborales.
Aquí ya tenemos otra situación que deberíamos revisar, las redes se han convertido en una plataforma de evasión para no afrontar que algo estamos haciendo mal, que algo no está bien dentro de nosotros.
A esto se suma que los gurú de la Inteligencia Emocional, sirven sus platos motivacionales a diestra y siniestra a precios cómodos, pero, muchos de ellos ni siquiera se han especializado en el tema y terminan agravando la problemática de las crisis emocionales que sufren las personas a diario.
Por esta razón, en la sociedad moderna, con todo y sus avances, podemos afirmar que atravesamos por una enorme dificultad que está relacionada con la orfandad emocional ya que no hemos recibido nunca una verdadera formación en la materia, vivimos al no me joda, copiando modelos, copiando discursos, haciendo lo que nos dicen que tenemos que hacer. Dicho en otras palabras: somos unos verdaderos huérfanos emocionales.
El Especialista en Educación Emocional Borja Vilaseca, creador de un enfoque desarrollo personal y liderazgo motivador de conciencias de España, explica que todos somos huérfanos emocionales ya que no hemos tenido la oportunidad de reconocer qué es el ego, el victimismo, la herida de nacimiento, el apego, el narcisismo, entre otras cosas que hacen de nuestra vida emocional un verdadero caos.
En sus conferencias explica un enfoque bastante particular y difícil de digerir, ya que tiene que ver con el reconocer y hacerse responsable de las cosas que pensamos y sentimos. Y digo que es difícil de digerir porque estamos acostumbrados a culpar a los demás de nuestras faltas y Vilaseca invita a responsabilizarse de cada sentimiento negativo para apartarnos del victimismo y la ignorancia, madre de todos los males.
Además, en repetidas oportunidades agrega que difícilmente un padre o madre actual puede dar lo que se podría denominar como un amor de calidad cuando nunca lo recibió, cuando no tuvo una formación emocional. De ahí se desprenden muchos de los trastornos que tendríamos que entrar a revisar, pero, la tarea no es nada sencilla. Recordemos que vivimos en la sociedad de consumo y de relaciones desechables.
Tal vez por esto, resulta absurdo criticar a la generación de jóvenes de la actualidad por su supuesta incapacidad de resolver problemas a los golpes como se hacía en antaño; también, porque su depresión es constante, porque no encuentran cómo solucionar situaciones, porque son extremadamente sensibles o indiferentes a la manera como percibíamos antes al mundo.
En resumidas cuentas, pienso que estamos frente a una invitación al cambio interesante. No podemos seguir la misma línea ignorante con la que nos hemos movido desde hace ya tanto tiempo. Los jóvenes de hoy nos están mostrando que es tiempo de romper esos patrones y cadenas que nos tienen atados y que nos llevan a cometer todo tipo de errores y horrores. El mundo está cambiando y si no cambiamos con el mundo, simplemente nos extinguiéremos, como los dinosaurios.