Inolvidable despedida
Terminó ayer (por fin), la Alcaldía de Jorge Iván Ospina. Pero su salida no podía darse en medio de menor polémica que cuando llegó, porque gran parte del pueblo caleño recordaba su primera Administración (2008-2011) y las promesas incumplidas con sus Megaobras.
Hoy, Ospina queda en medio de denuncias de todo tipo, incluyendo que puede salir del país para evadir la justicia. De todas formas, tendría que irse por largo tiempo, porque si algo es claro en nuestra Colombia, es que la justicia cojea tanto que parece que no llegara. O no llega.
Afortunadamente, la existencia de las redes sociales ha permitido detener algunos exabruptos, como el nombramiento con un “pliego sastre” de la nueva directora del IPC, que pretendía realizarse en solo dos días para favorecer a la persona que actualmente ocupa el cargo. Es claro que esta convocatoria estaba totalmente amañada y, la denuncia presentada por el abogado Élmer Montaña, expuesta por el periodista Camilo Chará, logró que la fecha se ampliara hasta el 9 de enero, dando oportunidad a la nueva Administración de ser responsable del proceso.
En la actualidad, Ospina tiene un fallo de la Procuraduría en primera instancia, que lo condena por los sobrecostos de la feria virtual de 2020, con una suspensión de cuatro meses, porque no ejerció la vigilancia suficiente sobre las labores que realizaba su secretario de Cultura, José Darwin Lenis. Esto se dio a escasos seis días de entregar su cargo. Cuando regrese la justicia de sus vacaciones, el ahora exalcalde tiene 10 días para apelar el fallo y, con lo rápida que es la justicia, podría jurar que antes de tener una sanción definitiva por parte de la justicia, Ospina podría aspirar a su tercer mandato.
Sin embargo, frente a los pagos pendientes a los artistas por las ferias de 2020, 2021 o 2022 nada pasó, nadie dijo nada, a pesar de las demandas que interpusieron algunos. Y alguien debió hacerlo, porque abusar del dinero del Estado a través de contratos es tan grave como pagarle a alguien que no va a trabajar, eso se llama robar y eso fue lo que hicieron Corfecali y la Alcaldía de Cali con el dinero de estos colectivos de artistas, al quedarse con él durante tanto tiempo. Argemiro Cortés, gerente de Corfecali, dijo en días pasados y ante el reclamo de artistas en tarima por los no pagos, que se les ha ido cancelando paulatinamente.
Sin embargo, si somos realistas, cuando ingrese a las arcas de los artistas será por el valor firmado en el contrato, sin indexación, lo que hará la pérdida mucho más grande para ellos, quienes han debido vivir de dinero prestado con algún interés, todos estos años, haciendo que esta transacción haya sido todo, menos un negocio para ellos. Ojalá, algún día, haya alguna sanción por estos incumplimientos. Es claro que ya no beneficiará a los afectados hoy, pero quizás, sí permita evitar que se afecte a otros, a futuro, por estas malas prácticas de quienes se consideran con la potestad de pasar por encima de los demás.
Y no piense que hablar de un tercer mandato de Jorge Iván Ospina es exagerado o improbable. Recuerde que también ronda la idea de que Petro lo quiere para su Gobierno en 2025. Por algo, él mismo, en sus redes sociales, dijo, de manera casi premonitoria, que nos veíamos en 2026, quizás dando tiempo a que las inhabilidades pasen… Eso sí, piense haciendo qué o dónde… Y nunca olvide todo lo que ocurrió en sus mandatos, solo así, apelando a la memoria, lograremos que no vuelva a ocurrir.