La confianza mató al gato
Aunque la frase original es (la curiosidad mató al gato) para este caso es mejor hablar de un gato confiado, muy confiado; de hecho, un gato extremadamente confiado y confianzudo. Pues bien, no es un secreto que con la aparición del Covid-19 o Coronavirus, la población mundial quedó en jaque.
Tampoco es un secreto que el trabajo que se ha realizado por disminuir la pandemia en todo el mundo ha sido descomunal. Aunque, con tantas y tantas cosas que van ocurriendo día a día, parece ser que el tema pasó a un segundo plano. Al menos en Colombia el tema de la pandemia pareciera que ha desaparecido y solo es utilizado ahora para culpar a los manifestantes de propagar el mismo.
Entonces ¿Qué ha pasado? Inicialmente debemos decir que el manejo de las estadísticas en nuestro país no fue el mejor; el gobierno actúo de manera ramplona y mentirosa ocultando aquí y allá como si se tratase de una especie de juego entre el gato y el ratón.
Mala cosa por supuesto, ya que, con la genial idea de implementar las reformas, sumado al descontento de las personas por tantos años y años de corrupción, hoy por hoy, difícilmente se puede saber cuál es la situación real en cuanto a la pandemia en Colombia. Esto sin contar que, los viernes de promociones, las novenas en donde se repartía Covid de regalo y muchas otras cosas más relacionadas con la falta de prevención, hacen que en estos momentos el asunto sea todo un mierdero.
Ahora bien, no se puede desconocer que con la protesta las cosas se ponen peor, mas, cuando las autoridades que debería proteger al ciudadano, se las han arreglado para atacar, torturar y hasta desaparecer a cientos de personas en tan solo un mes, haciendo que la pandemia sea el menor de los problemas de los colombianos.
No obstante, el virus sigue ahí; a pesar de que se le dio también una propaganda desmedida que en verdad no ayudó para nada, lo cierto es que está entre nosotros y muchas personas, como el gato, pecan y siguen pecado por exceso de confianza.
A diario nos llegan noticias de personas, familiares, amigos de los amigos entre otros, que se encuentran en estos momentos atravesando la difícil situación. Muchos de ellos ya están vacunados, pero, la vacuna no nos hace inmunes y por eso debemos seguir cuidándonos cada vez más.
No importa cuántas veces tengamos que lavarnos las manos, usar el incómodo tapabocas o bañarnos al llegar a casa, las prácticas de higiene personal deben mejorar ya que, tampoco es cierto que seamos inmortales o que tengamos la vida comprada. El virus sigue siendo letal y tardará mucho tiempo antes de que nos podamos librar del mismo. El Covid-19 sigue al asecho, esperando, cual vampiro de novela de horror, a que le abramos la puerta de nuestra casa y lo dejemos entrar.
