La excusa
El caso de la representante a la Cámara Susana Gómez Castaño, conocida como Susana Boreal, es el tema que concentró al país esta semana. No solo tuvo la imprudencia, por llamarlo de alguna manera, de decir sin sonrojarse en la audiencia sobre la regulación de cannabis en el país, que es consumidora diaria de marihuana, sino que, además, algunas personas que pertenecieron a su equipo de trabajo en campaña, denunciaron en redes sociales haber sufrido acoso laboral. El broche de oro para el cierre se obtiene al conocerse gracias a estas denuncias, que su aparente novio o quizás exnovio porque estamos en tiempos de cambio, Christian David Guzmán, a pesar de que no ha superado el sexto semestre de universidad en La Nacional, obtuvo milagrosamente las credenciales necesarias para trabajar en la UTL de la representante y ganar $9.280.000, salario nada despreciable para alguien que ni siquiera acredita un título universitario, mucho menos experiencia laboral, porque cabe la experiencia reportada por el señor Guzmán la certificó Gustavo Bolívar con una carta, aunque durante ese tiempo nunca estuvo inscrito en el sistema de seguridad social.
Las piruetas de la representante Boreal distan mucho de ser el cambio que prometió. Si su marihuana es recreativa es su problema, pero, ¿Quién nos garantiza que llegue sobria a trabajar? ¿Cómo garantiza idoneidad e imparcialidad sobre un tema en el que tiene intereses personales? De hecho, por ser consumidora habitual del producto ¿no debió haberse declarado impedida para votar en el debate, al presentar un posible conflicto de interés? Aunque después, la representante salió en los medios con la excusa más descarada que pudo inventar, porque no creo que sea cierta: que es autista, su confesión me lleva a pensar ¿Reportó ella su condición y el tratamiento que le da, ante los entes reglamentarios de la Cámara de Representantes? Porque la señora es una servidora pública en un cargo de elección popular, por lo que sus capacidades y condiciones son de interés nacional, además, si para ser funcional en su trabajo requiere consumir este tipo de sustancias, todo el país, antes de votar por ella, debió estar enterado. Como ocurre cuando una persona trabaja en una empresa privada y necesita reportar que, por ejemplo, debido a alergias respiratorias toma un antihistamínico que PUEDE producir somnolencia. En ese caso, la empresa sabe que no puede manejar ciertos equipos, vehículos, ni realizar labores en las que un microsueño ponga en riesgo su vida y la vida de quienes le rodean, incluso, la integridad del lugar donde se encuentra, similar a lo que ocurre en este caso, donde la representante Boreal es una de las responsables de legislar y aprobar las leyes que rigen este país, motivo por el que la necesitamos lo más aterrizada posible.
Sin embargo, Susana Boreal no solo debe dar explicaciones sobre sus vicios, necesidades o condición, también es importante que aclare por qué ella y el señor Guzmán tuvieron, durante la campaña, a personas trabajando sin salario y recibiendo malos tratos o, si no lo hicieron, al menos publiquen los recibos de los pagos que recibieron sus denunciantes, porque es claro que si son maltratadores o no, lo sabremos con el paso del tiempo, cuando la “luna de miel” del nuevo cargo se acabe y comiencen las exigencias de los electores para que dé los resultados esperados, allí será cuando conozcamos su verdadero temple y de qué es capaz cuando tiene “la sartén por el mango” o lo que es peor aún, cuando tiene el poder.