La nueva narrativa
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el Diálogo con presidentes de Juntas de Acción Comunal en la ciudad de Pasto, anunció que antes de Navidad, las personas que se encuentran detenidas por participar de los desmanes que se presentaron en los días del Paro Nacional, quedarán libres. Incluso manifestó que “este Gobierno no colinda con líderes juveniles, sociales y activistas que simplemente se expresaban, manteniéndolos presos en las cárceles de Colombia, cuando tienen el derecho a pasar su Navidad con sus familias”.
Sin embargo, estamos claros en que a las personas que participaron en el Paro, ¿no las llevaron a la cárcel por manifestarse? ¿Recordamos que muchos de ellos destruyeron o vandalizaron estaciones del transporte público, quemaron CAIs con policías adentro o fueron responsables de asalto? ¿Somos conscientes de que lo que hicieron estas personas se considera vandalismo? ¿Los consideramos delincuentes? Porque de la respuesta que demos a cada una de estas preguntas, depende que podamos dar la discusión frente a la propuesta del Presidente.
Como sociedad, nuestro gran problema es que hemos cambiado la mirada que tenemos frente a los hechos y permitido que otros nos alteren la narrativa, que no es más que la forma en que verbalizamos lo que nos ocurre como sociedad. Allí, es donde hemos reducido el nivel de la intensidad en nuestras palabras, dando pie a que los adjetivos pierdan su fuerza y, por ende, se metamorfoseen nuestros valores y principios. Perdemos la visión, cambiamos la mirada y permitimos que aquellas situaciones que jamás concebimos, se hagan realidad.
Dar libertad a los agresores que se encuentran actualmente presos, es equivocado desde muchos puntos de vista: les dice a ellos que la ley no les aplica y que pueden infringirla cuando quieran; a los jóvenes que aún se encuentran en formación, que infringir la ley no tiene consecuencias; y a la sociedad en general, que la ley no funciona, así que puede quebrantarse y no habrá consecuencias. Seguramente, después de esto la ocurrencia de delitos se incrementará, y no tiene nada de raro que algunos de los que ahora serán indultados o amnistiados, se conviertan en reincidentes, amparados en la protesta social, lo que nos deja frente a un lento desmorone de nuestros principios y valores.
Las palabras del presidente Petro continúan dejando en claro cuáles serán las políticas anticrímenes y quiénes serán los ciudadanos que tengan garantizados y protegidos sus derechos. Esperemos que ese impulso que busca dar a que los ciudadanos pasen por encima de la ley, no lo afecte de forma directa.
