La sociedad del cambio
Se termina el 2024 y como ya es costumbre, sólo nos queda la reflexión de lo que pasó y de lo que posiblemente pasará en el año siguiente. Termina este año en donde, sin lugar a dudas, pudimos reafirmar que la gran mayoría de los medios de comunicación tradicionales, por no decir todos, son tan corruptos como los mismos politiqueros y empresarios que los mueven.
De la misma manera, nos dimos cuenta que la ignorancia de países como Colombia, por no mencionar a los vecinos y los que viven un poco más retirados, es grande, aunque, esto no quiere decir que un efecto similar ocurra en lugares como Canadá, en donde supuestamente la calidad de vida y demás, está a años luz de cualquier país latinoamericano, aunque la depresión aumente y la falta de oportunidades también, por no mencionar otros males.
Se cierra un año con una amenaza latente en la tierra del tío Samuel llamada Donald Trump; se cierra también con guerra y desolación en el medio oriente y ni hablar de lo que pasa por los lados de la Europa Central.
Para completar este asunto de todos los años, cerramos con menos selva amazónica, más ríos, mares y océanos contaminados, fauna y flora que desaparece y un consumo que no se detiene, porque, cada vez es más fácil comprar para arrumar.
Para muchos, el 2024 fue un año difícil, para otros, el mejor de los años. Y mientras nos debatimos en sobrevivir o simplemente morir en el intento de llegar a un 2025 cargado de promeses que, por lo general, no se cumplen, la consigna sigue ahí, nos llama, nos pide que le prestemos atención.
Sí, la consigna es clara, y nada tiene que ver con el presidente que unos y otros odian; me refiero a que esta consigna, que va más allá de un simple propósito o una buena intención, no está ligada a Gustavo Petro, pese a que, gracias a él, la palabra (Cambio) ha tomado una fuerza sin precedentes.
Así es, la consigna lleva como nombre: CAMBIO. Y le hemos agregado LA SOCIEDAD, o sea, La sociedad del cambio. Y esto no es sólo en Colombia, no; hoy por hoy ya no podemos hablar de una región sin que se afecte el mundo entero. Como quien dice, el efecto mariposa es real.
Entonces, ser una sociedad del cambio nos compete a todos los seres humanos que conformamos estas sociedades que pisan el suelo de esta esfera llamada Tierra. Ser una sociedad del cambio, nos lleva a darle la vuelta a la tortilla, a modificar el rumbo de este planeta; ser una sociedad del cambio nos obliga a dejar de pensar de manera individual y adoptar el pensamiento colectivo.
Sé que no es fácil, la avaricia de los cientos de miles de millones de Scrooge alrededor del mundo pareciera no tener final; sin embargo, tarde a o temprano, a todos y cada uno de nosotros nos visitarán los espíritus de la navidad.
Como sea, cerramos un 2024 con algo de esa sociedad del cambio dando vueltas en la memoria y en el sentir de todos los ciudadanos del mundo y eso, aunque los de siempre lo quieran ocultar, es importante, porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un hecho Sam!