Opinión

La verdadera recepción

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

La situación en Afganistán, a raíz de la salida de las tropas estadounidenses de Bagram después de dos décadas, es bastante compleja. Los derechos humanos, sobre todo para las mujeres, parecen nuevamente no existir y los afganos se sienten desesperados, desamparados y buscan huir de su país aunque pongan en riesgo sus vidas para lograrlo.

Colombia ofreció recibir algunos ciudadanos afganos y el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, dijo al presidente de la República Iván Duque, que la ciudad que se caracteriza por su resiliencia, está dispuesta a recibir a la comunidad afgana que lo necesite, como una muestra de solidaridad y humanidad, constituyendo los albergues y los espacios para poder dar el afecto, fraternidad y solidaridad que este pueblo hoy necesita.

No puedo negar que la idea me conmueve, porque estar en el lugar de los afganos no debe ser nada fácil; sin embargo, debo pensar como colombiana y como caleña, quien ve que no estamos preparados para asumir una responsabilidad de semejante nivel, al ofrecerle una vida nueva a personas que realmente la necesitan. Un ejemplo de ello es lo que ha ocurrido con la comunidad venezolana, quienes aún viven en carpas invadiendo distintos sectores de nuestra ciudad. ¿Dónde están los albergues para ellos? ¿Dónde quedan los espacios para darles afecto? Si no estamos en capacidad de atender a esa población migrante que lleva con nosotros tanto tiempo, ¿Cómo es posible que estemos en capacidad de atender a más? ¿Por qué nos ofrecemos a hacer lo que es evidente que no estamos en capacidad de cumplir?

Y es necesario tener en cuenta que con los migrantes afganos, además, tendremos un choque cultural para el que necesitamos estar preparados, porque la xenofobia o discriminación no puede hacer parte de este proceso. Es importante crear una campaña de concienciación que nos enseñe sus costumbres, cultura y características, que nos informe qué tipo de manejo y seguimiento se les dará para saber cómo podemos apoyarlos; al tiempo que, en los albergues, se cuente con profesionales capacitados para mostrarles nuestra cultura, características y costumbres, además de ser espacios de socialización frente a todos los trámites que necesitan realizar en caso de querer quedarse de manera permanente en nuestro país.

Si lo vamos a hacer, tenemos que hacerlo bien desde el principio.

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