Las Poesías de Tito
La Vorágine
Entre abro mis ojos atemorizados
y los siento nublados!
Sólo me llegan rumores,
golpes y más golpes,
el ponzoñazo de los escorpiones,
las mordeduras de las cascabeles,
la enemistad de los hombres.
De los hombres, la envidia,
el silente cuchillo,
la bala asesina,
la promesa política,
el orden establecido.
Las cárceles infernales
con su tráfico de drogas,
de túneles y de carnes.
Los alimentos encarecidos
cuando no escondidos.
Los licores adulterados
y el tabaco contaminado.
El déficit fiscal
y la balanza de pagos.
El dinero proscrito
en la senda oscura del lavado maldito.
Las orgías y los desenfrenos
de los nuevos ricos y de sus testaferros.
El mundo financiero
con sus jugadas que muerden
produciendo dividendos,
construyendo pirámides
reforzadas con balas, hierro y cemento.
Insaciables bandidos
adueñándose de la justicia,
corrompiendo y debilitando a los gobiernos,
arrinconando a los pueblos.
La mala economía y las deudas
acuchillando por la espalda al progreso.
La agricultura cenicienta
por el bajo perfil de sus rentas.
El patriotismo de los negociantes
exprimiendo los intestinos de la patria.
El petróleo maldito
y san petrolito.
La mala educación
la herencia de los perdedores.
La contaminación ambiental
y las secuelas de la insalubridad.
Los enfermos hospitales
y los subterfugios de la medicina casera.
Los curanderos como médicos
y las clínicas indolentes.
Hay naciones convertidas
en sanatorios sin vida,
paliando su destino
en los mares turbulentos
de la guerra fratricida!
Las naciones vecinas
y la protección de las superpotencias
un verdadero entrecruce de caminos.
Los medios de comunicación social
fábricas modernas de mentideros
al servicio de los semidioses de la tierra
Y la política de la vivienda
arrastrada por las invasiones y la fuerza!
Los árboles que oxigenan
en el huracán de una sierra!
Las aves se inquietan
por los biosidas y las armas de fuego!
Los animales y las plantas produciendo
para el hombre alimentos
y el hombre envenenando el ambiente!
La naturaleza debatiéndose
entre la vida y la muerte,
luchando contra un enemigo feroz,
contra el rey de la creación,
el Homus Inteligente!
Y el hombre no se arrepiente,
la naturaleza lo azota,
lo aniquilan las guerras,
el hambre sitia sus trincheras
y todos los días afina sus métodos
para destruir a la madre tierra!
El hombre busca a Dios incansablemente,
no para amarlo,
ni para obedecerle,
sino para borrarlo de su sendero!
Todos los días desciende,
todos los días muere!
Presidentes reelectos,
reyes sempiternos,
soles para los generales guerreros,
miles de reinas de belleza,
las deslumbrantes riquezas,
las limosinas que serpentean,
los alimentos como desperdicios
y los pueblos que rumian,
que disputan con los zamuros,
con los perros y las alimañas
los botaderos de basura!
Hacinados en covachas,
vestidos de retazos,
calzados con su cuero!
No hay sitio para el optimismo.
Todos los días menos sonrisas,
de diarrea mueren los niños!
Las nubes se cargan de ácidos
y de innumerables desechos letales.
Huyen las aves
y los árboles sucumben
en un concierto de exterminio
que clama justicia.
En los ríos desolación y arena!.
Las ya semi aniquiladas tierras
y las ciudades oliendo a mierda!
Y yo prometo esto
y esto y esto
y también aquello
y más impuestos
y una sobrefacturación de muertos!
Por donde quiera sus huellas,
el huracán de sus orgías,
el ruido de sus desmanes.
Un cúmulo de desastres,
un maremágnum que asfixia,
una selva indómita,
un monstruo de mil vientres,
que desconoce fronteras,
que no respeta leyes.
Una emboscada en los desfiladeros!
Los labios morenos que me besan,
yo siento esa pasión por dentro.
Y los ojos verdes,
y los ojos negros
y las mujeres tiernas…
Los placeres de la vida…
todo se va hundiendo
en ese torbellino mordiente,
en esa maraña de odios,
en una ciénaga de vicios,
en los caminos borrosos
y en el firmamento oscuro!.
El llanto de las viudas,
el sobresalto de los huérfanos,
las tumbas de los inocentes,
las autoridades purulentas,
una conjunción de exabruptos
peores que el mismo diluvio!
Ya no se multiplican los panes
ni entre hermanos se curan las llagas,
ni para el sediento el agua,
ni el perdón de las faltas.
Sólo sangre!
Sólo lágrimas!
El planeta está enfermo.
Necesita un redentor.
Sólo la mano de Dios…
Otra vez
Vamos a perder EL EDEN!
Tito Augusto Bustos Roa (11-07-1997)