Cultura

Las Poesías de Tito

Una Pesadilla

Cuando la noche cae
y mi cuerpo reposa,
surge el misterio.
Viajas por mi cuerpo,
escudriñas más allá de mis huesos
y desentrañas mis más  íntimos secretos.
Te detienes en mi cerebro,
auscultas mi corazón
no con un estetoscopio
sino con una daga
de acero inoxidable.
Su mirada se detiene en mis ojos:
No huyas cobarde!
Fueron sus tajantes palabras.
Mis manos frías me delatan!
Un nudo en la garganta
y una sentencia irrevocable.
Sentenciado a muerte
por simples sospechas
y sin derecho a la defensa!.
Cómo pedir clemencia
si soy culpable!
Yace mi cuerpo sin vida
y ella bañada en lágrimas.
Unos labios sin palabras
en una noche larga.
Ella encerrada en una celda
esperando la pena de muerte
para reunirse conmigo en el cielo

Tito Augusto Bustos (04-10-96).

HACIENDO EL AMOR CONTIGO.

Cuando mis manos rozan tu piel

el torrente sanguíneo efervesce

y la vista se pierde.

Tus labios muerden

y mis labios tiemblan.

Nuestros cuerpos sienten

los terremotos internos.

La muerte se acerca

pero la vida llega.

Un choque en la tierra

y hasta el cielo se eleva

y de allí no desciende.

Un ambiente tibio

penetrado por perfumes muy íntimos.

Un calor en las sábanas,

un rumor de cascadas,

el correr de las aguas

allá en la distancia.

No importa que el tiempo se vaya,

31

ni que la noche viaje

a la velocidad del relámpago.

Domesticamos los potros,

banderilleamos los toros,

a nado cruzamos

el torrentoso Amazonas.

Saciaremos la sed

allá en sus afluentes.

Ningún pecado de origen,

la propia sal de la vida.

Tito Augusto Bustos Roa.

08-11-96

Artículos relacionados

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba