Los derechos de la Minga
La Minga Indígena ya anunció su visita a Cali para el próximo 8 de diciembre. Informaron a través de Hermes Pete, integrante del Consejo Regional Indígena del Cauca, que están preparados para realizar esta visita, motivada porque el Estado no garantiza el mínimo fundamental que es el derecho a la vida, y que “si el Gobierno no avanza con las garantías, seguramente tampoco habrá Navidad”…
¿A qué se refieren exactamente con “tampoco”? ¿Acaso vienen dispuestos, nuevamente, a acabar con lo que dejaron de Cali en su anterior visita? ¿No les fue suficiente tumbar la estatua de Sebastián de Belalcázar, ponerse de ruana el campus de Univalle, querer entrar a las unidades residenciales del sur por la fuerza y vuelven por más? Lo más triste es ver, de nuevo, a un alcalde incapaz de proteger a la ciudad y a los caleños, que tilda de racistas a quienes claman por el derecho a la paz, a la tranquilidad, que tanta falta nos están haciendo desde que tuvo el descaro de apoyar a los vándalos que casi acaban con la ciudad durante el Paro de abril y mayo.
No desconozco el derecho a la protesta que tienen los indígenas como ciudadanos que son, pero ¿por qué van a otra ciudad a protestar y de paso, ayudan a destruirla? ¿Por qué no protestan en su territorio? ¿Acaso allá no son válidos sus reclamos? ¿Podríamos los caleños, ir a protestar a sus resguardos y a destruirlos o, de hacerlo, nos veríamos expuestos a sanciones a impuestas por la ley indígena? ¿Por qué tenemos que permitirles destruir Cali?
Es claro que el Gobierno Nacional tiene falencias importantes y que las demandas hechas por los indígenas deben ser atendidas, pero eso es distinto a permitirles atentar contra una ciudad, sus habitantes y su historia. Nuestro territorio merece tanto respeto como el suyo y el alcalde, como primera autoridad de la ciudad, debería ser quien garantizara la integridad del territorio, de sus habitantes y el buen comportamiento de quienes la visitan.
Esperamos señor alcalde de Cali que, una vez más, no primen sus intereses políticos y nos falle. Quienes pagamos su salario estaremos pendientes.