Más de lo mismo…
Hay unos hechos muy dicientes y que resulta importante exponerlos en este espacio, para que, quienes representan, en esta campaña, a los que (mal)gobiernan la ciudad no “echen” cuentos o, por lo menos, sepan que no todos –o muchos- “tragan” entero. Pero iniciemos, porque el desconcierto comienza con la “nueva” narrativa que apunta a una disputa de maquinarias para la elección del(a) próximo(a) alcalde(sa) de Ibagué, esto mientras los habitantes requieren empleo, los jóvenes además oportunidades, también inversión y unos gobernantes, ante todo, eficientes en el ejercicio de su función y comprometidos en la lucha contra la corrupción.
Una pugna entre dos vertientes políticas que nacieron del mismo grupo y partido político, pues es un hecho cierto que el actual alcalde de Ibagué es “hijo” del denominado y reconocido barretismo. De ahí que ahora el primero (el alcalde y su candidata) pretenda erigirse como el antídoto a su “creador” podría ser un mal chiste, de no ser porque puede convertirse en una verdadera tragedia para la ciudad y, en esa obra teatral, no hay que perder de vista que se asoman en escena, como actores de reparto, unos dirigentes liberales locales (ahora volvemos sobre este punto).
La antítesis (el hurtadismo) que pretenden exponer a la tesis (el barretismo) fácilmente podría encajar en un extracto del planteamiento del “país político y el país nacional” de Jorge Eliecer Gaitán al señalar que, “otra cosa aparece clara al pueblo cuando observan los hechos de la realidad: que hay hombres que trabajan, se esfuerzan, luchan, y ese trabajo y ese esfuerzo y esa lucha apenas les produce para la diaria subsistencia. Y al mismo tiempo, en nombre del movimiento por el cual el pueblo había desbordado su entusiasmo, gentes sin calidad política, simples comerciantes, hombres sin ideal, individuos venidos de todas las zonas partidistas, sin esfuerzo, sin lucha, sin razón y sin causa, se enriquecen de la noche a la mañana”.
Una dirigencia liberal, pintada de rojo… traición, sin candidato propio –por primera vez desde la elección popular de alcaldes-, dando y quitando respaldos, pero al final, parece ser, entregados, tras bambalinas, a la candidata del alcalde Hurtado; en un medio de comunicación local circularon un video con presencia en una reunión del hurtadismo y en los más recientes días una “santa” invitación a una reunión de respaldo al mismo grupo político (a la antítesis). Qué sancocho electoral, ya registrado en los anales de la historia.
Por último, ya que estamos con Gaitán y rematando con los liberales, nada mas cierto que “[E]n Colombia hay dos países: el país político, que piensa en sus empleos, en su mecánica y en su poder y el país nacional que piensa en su trabajo, en su salud, en su cultura, desatendidos por el país político. El país político tiene rutas distintas a las del país nacional. ¡Tremendo drama en la historia de un pueblo! “