Mayo de 1968 en Ibagué – La epopeya de Pedro Jota Sánchez
Ibagué en 1968 era una pujante ciudad de 185.000 habitantes. En solo 17 años había experimentado un gran crecimiento, pues en el censo de 1951 tenía 98.000 personas. En los años 50s y comienzos de los 60s la violencia política había golpeado con muchísima fuerza al Tolima y el desplazamiento de muchísimos campesinos hacia Ibagué y Bogotá fue muy grande.
Con la llegada del Frente Nacional, el gobierno central había decidido ayudar mucho al afectado departamento y con el nombramiento de Darío Echandía como gobernador en 1958, comenzó un periodo de auge que culminó en diciembre de 1970 con los IX Juegos Nacionales. Para mayo de 1968 la ciudad vivía un momento de auge sin precedentes, contando con una clase dirigente de primer orden, como nunca lo ha vuelto a vivir. Se construían simultáneamente los escenarios deportivos de los IX Juegos, la ampliación de la carrera quinta, la Avenida 37, la Avenida Cuarta Estadio, el Hotel Ambalá, el Hospital Federico Lleras, la Calle 10 en el centro, etc. Ibagué, junto a la Bogotá del Congreso Eucarístico y Virgilio Barco, fueron referentes de desarrollo urbano en aquellos años del gobierno de Carlos Lleras Restrepo.
En aquel bello Ibagué de 1968, mayo llegó lleno de esperanza. El 30 de abril se había iniciado la Vuelta a Colombia en la ciudad de Bogotá y un tolimense figuraba dentro de los favoritos. Telecom y Adpostal habían unido fuerzas para darle a Pedro Julio Sánchez todas las herramientas para ganar la gran carrera. Pedro Jota era empleado de Telecom en Ibagué, donde había llegado como mensajero y había hecho carrera. La unión de las dos empresas se plasmó en el equipo Telepostal, que contrató a Francisco Luis Otálvaro como técnico.
Pedro Jota se entrenó más de 4 meses para la competencia, algo que no había podido hacer en años anteriores. Callado y tímido, sabía que estaba en su mejor momento para hacer frente a los grandes equipos de Antioquia, Cundinamarca y Valle, que barrían en aquellos años en la gran Vuelta a Colombia. La foto de inicio de la carrera lo muestra detrás de todos los corredores, debajo del aviso de Pony Malta, pensando en las 3 semanas que se venían de competencia.
Otalvaro manejó con gran inteligencia las 2 primeras semanas de carrera. Mientras las grandes equipos se cuidaban entre ellos, Pedro Jota calladamente se situaba segundo en la general en Pereira, el 9 de mayo. Telepostal se aprovechó del desfallecimiento de Cochise Rodríguez y el equipo logró llegar a Armenia el 15 de mayo con Pedro Jota en el tercer puesto. Todo se iba a definir en La Línea, el jueves 16 de mayo de 1968.
¿Quienes llegaban a la etapa reina con posibilidades de triunfar? El líder era Gustavo Rincón, patrocinado históricamente por la Ferretería Reina de Bogotá, quien corría por los colores de Cundinamarca. A 31 estaba Carlos “la bruja” Montoya, el mejor corredor del Valle, quien no era muy fuerte en la montaña. Pedro Jota estaba a 58 segundos. El español Fulgencio Sánchez, veterano de varias vueltas, estaba a 1:30. Más lejos había 5 líderes de equipo, Miguel “don coraje” Samacá del Distrito, Javier “el ñato” Suárez de Suramericana, el santandereano Severo Hernández, Álvaro Pachón de Cundinamarca y Rubén Darío Gómez de Pilsen. Completaba los 10 primeros Cochise Rodríguez, que marchaba a casi 13 minutos del líder.
A las 10:30 de la mañana la etapa salió de la Plaza de Bolivar de Armenia, rumbo a nuestra ciudad. Ya en las calles de Calarcá Pedro Jota llevaba algunos metros de ventaja a su rivales. Carlos Montoya, segundo en la general, se rezagó en los primeros kilómetros del ascenso. Todo parecía favorecer a nuestro ídolo. Pero el ataque surgió del lado de Javier Suárez, el gran ciclista antioqueño. El Ñato se escapó dejando a todos rezagados en la subida a la Línea, donde pasó en solitario. Pedro Jota llegó de segundo, mientras el líder Rincón vivía un drama y perdía toda opción.
En Ibagué la angustia por el arrancón del Ñato Suárez era grande. La transmisión se perdía en la bajada hacia Cajamarca, porque los ciclistas iban mucho más rápido que los carros de las emisoras. Debíamos esperar a que llegarán a Cajamarca, donde las transmisiones volvían a aparecer. Cuando llegó el primer ciclista en Cajamarca, el grito de emoción en Ibagué fue unánime: !Pedro Jota iba ganando en solitario! Javier Suárez iba de segundo y los otros pedalistas iban muy atrás. Pero otro inconveniente se presentó, con un pinchazo de Pedro Jota entre Cajamarca e Ibagué. Seguíamos en vilo.
En las goteras de Ibagué la apoteosis se desató. Pedro Jota seguía de líder y ya el triunfo se veía venir. Apenas se supo que el tolimense venía ganando, en el sitio de meta situado en la tercera con décima en Ibagué, sonó el Himno Nacional. Cuando Pedro Jota llegó a la meta, el Bunde Tolimense se oía por la ciudad entera. Mi papá lloraba de emoción en el balcón de mis abuelos, situado exactamente en el sitio de llegada. Ibagué estalló de alegría, en una emoción colectiva comparable solamente a la del campeonato del Deportes Tolima muchos años después. De la multitud salió la esposa de Pedro Jota, fundiéndose en un abrazo con el nuevo líder. Nadie lo podía creer.
Las estadísticas muestran que Javier Suárez llegó a menos de 4 minutos que Pedro Jota, pero en mi recuerdo pasó mucho tiempo para que otro corredor llegara. Cochise fue tercero en la etapa y Pablo Hernández cuarto. Pero todos veíamos únicamente a Pedro Jota, a nuestro gran León del Tolima. En la general, Pedro Jota quedaba con más de 8 minutos de ventaja sobre Javier Suarez, 9 minutos sobre el español Fulgencio Sánchez y más de 10 frente al anterior líder Gustavo Rincón.
La siguientes etapas fueron casi de trámite. Salimos el viernes 17 con mi papá, a despedir la caravana con pañuelos blancos, en la carrera quinta, a la altura del Colegio San Simón. Pedro Jota mantuvo la ventaja en Neiva, el viernes 17. El sábado 18, llegó a Girardot con los mismos 8 minutos a su favor. Solo quedaba la etapa del domingo 19, a la que se unió el gobernador del Tolima, Ariel Armel, que hizo el recorrido en moto para acompañar al gran León del Tolima.
Pedro Jota seguía dudando, sin embargo. Expresamente le pidió a su familia que no viajara a Bogotá al recibimiento en El Campín. Pero nada detuvo el triunfo y el domingo 19 de mayo de 1968, con un estadio a reventar, se dio la única victoria de un tolimense en la Vuelta a Colombia. Nuestro más grande deportista recibía la recompensa a una meritoria carrera. En la meta lo esperaba Pepe Cáceres, otro gran tolimense de aquellos años.
Tolimenses de todas partes celebramos esa gran victoria. Ese domingo en Ibagué hubo lágrimas, vivas, desfiles de carros, pitos y banderas. La colonia tolimense en Bogotá estaba toda en El Campín. El orgullo colectivo era muy grande. Nuestro Pedro Jota, el gran León del Tolima, brillaba en el más grande evento deportivo de Colombia.
Se organizó rápidamente una colecta para darle una casa al gran campeón. Recibió un premio de 4500 pesos por parte de la carrera, pero la Gobernación del Tolima le dio un premio de 50000 pesos y Telepostal le concedió otros 40000 pesos, con lo que pudo comprar casa propia. El 24 de mayo lo recibió Ibagué, en un desfile desde Buenos Aires y una manifestación multitudinaria en el Parque Murillo Toro.
Nada resume mejor al pujante Ibagué de aquellos años que la gran victoria de Pedro Julio Sánchez. El orgullo de ser tolimenses en mayo de 1968 es algo inolvidable. Ya no éramos los parias de Colombia, los violentos de aquellos años 50s. Entrábamos con todos los honores a los titulares de la prensa nacional, que reconocía en Pedro Jota al Tolima entero.
Pedro Jota viajó unos meses más tarde a los Juegos Olímpicos de México 68 y fue 30 en la prueba de ruta de aquella olimpiada. En 1969 fue quinto en la Vuelta y ganó dos etapas. En 1970 fue sexto. En 1971 fue noveno y ganó su última etapa en la Vuelta, en la llegada a Pereira. En el 72 fue puesto 44. En el 73 obtuvo el puesto 23. En ese año, cuando ya se le veía el cansancio de 13 años de vueltas a Colombia, su esposa le pidió que se retirara. Terminaba así la gran carrera del León del Tolima.
El 5 de diciembre de 1970, la dirigencia deportiva del Tolima le hizo el homenaje de nombrarlo como el deportista que tomó el juramento a todos los participantes en los IX Juegos. Después de aquella noche, solo se le rinden homenajes en los recuerdos nostálgicos de los tolimenses que vivimos aquellos bellos días. Nunca se le ha hecho el gran homenaje a su gran vida.
Este es un video que hice para resumir la hazaña de Pedro Jota Sánchez en la Vuelta a Colombia de 1968.