Ni en los poemas de Pombo
Muchos se aterran con el caso reciente de la pobre viejecita; la doñita que salió a lloriquear en los medios corruptos de desinformación con la única intención de evadir impuestos y de paso, hacerle un enorme favor a la derecha corrompida y chocarrera que tenemos en Colombia.
¡Claro! No era para menos, si la idea es seguir con la campaña de odio contra el presidente a como dé lugar, porque, dos años pasan volando y si se duermen se los lleva la corriente, como al camarón, o como a los cientos de miles de colombianos y colombianos cuyas almas en pena van río a bajo pregonando por un poco de justicia en un país gobernado por los de siempre.
Muchos se aterran, es cierto; sin embargo, la realidad de nuestro país está ligada a esos pobres viejecitos y viejecitas amañados y adictos al poder, que han realizado todo tipo de crueldades, las cuales, ni en los poemas de Pombo, podremos encontrar.
A los colombianos, los pobres viejecitos y las viejecitas empobrecidas por conveniencia, los han invitado a convites en donde la masacre no se hace de rogar.
Esos tiernos ancianitos y ancianitas, han esclavizado y empobrecido a unos y otros y siempre, vuelven por más.
A los colombianos y colombianas les han puesto a aguantar pura y física hambre y luego, los viejos y viejas miserables, les han mostrado sus neveras repletas de huevos, pescado, pollo, cerdo y res y, sin sonrojarse en lo más mínimo, les han dicho que no tienen nadita que comer y lo que es peor, los colombianos y colombianas se lo creen.
Entre yates y mansiones, entre robos al erario y masacres de todo tipo, incluyendo desapariciones, estafas, amenazas, negocios con la blanca en polvo y demás, los pobres viejecitos y las pobres viejecitas se han dado gusto y garra, y como están acostumbrados a su poder adictivo, ahora mantienen de disgusto en disgusto, porque, hay un gobierno que no los deja gobernar.
En cuentas resumidas, lo que ocurre en la patria boba del amarillo, azul y rojo, parece ser sacado de un libro, pero, no está demás repetir aquella frase en donde nos cuentan que la realidad siempre supera a la fantasía, porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un Hecho Sam!