Opinión

Ni en los poemas de Pombo

 Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Luis Carlos Rojas García Kaell de Cerpa

Escritor

Muchos se aterran con el caso reciente de la pobre viejecita; la doñita que salió a lloriquear en los medios corruptos de desinformación con la única intención de evadir impuestos y de paso, hacerle un enorme favor a la derecha corrompida y chocarrera que tenemos en Colombia.

¡Claro! No era para menos, si la idea es seguir con la campaña de odio contra el presidente a como dé lugar, porque, dos años pasan volando y si se duermen se los lleva la corriente, como al camarón, o como a los cientos de miles de colombianos y colombianos cuyas almas en pena van río a bajo pregonando por un poco de justicia en un país gobernado por los de siempre.

Muchos se aterran, es cierto; sin embargo, la realidad de nuestro país está ligada a esos pobres viejecitos y viejecitas amañados y adictos al poder, que han realizado todo tipo de crueldades, las cuales, ni en los poemas de Pombo, podremos encontrar.

A los colombianos, los pobres viejecitos y las viejecitas empobrecidas por conveniencia, los han invitado a convites en donde la masacre no se hace de rogar.

Esos tiernos ancianitos y ancianitas, han esclavizado y empobrecido a unos y otros y siempre, vuelven por más.

A los colombianos y colombianas les han puesto a aguantar pura y física hambre y luego, los viejos y viejas miserables, les han mostrado sus neveras repletas de huevos, pescado, pollo, cerdo y res y, sin sonrojarse en lo más mínimo, les han dicho que no tienen nadita que comer y lo que es peor, los colombianos y colombianas se lo creen.

Entre yates y mansiones, entre robos al erario y masacres de todo tipo, incluyendo desapariciones, estafas, amenazas, negocios con la blanca en polvo y demás, los pobres viejecitos y las pobres viejecitas se han dado gusto y garra, y como están acostumbrados a su poder adictivo, ahora mantienen de disgusto en disgusto, porque, hay un gobierno que no los deja gobernar.

En cuentas resumidas, lo que ocurre en la patria boba del amarillo, azul y rojo, parece ser sacado de un libro, pero, no está demás repetir aquella frase en donde nos cuentan que la realidad siempre supera a la fantasía, porque… cada cosa que ocurre: ¡Es un Hecho Sam!

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