No escupa pa’ arriba mijo
Según algunos estudios teológicos, epistemológicos, pedagógicos y hasta filosóficos, la frase: “El que escupe para arriba en la cara le cae”, fue inventado por: la abuela, según las feministas y por el abuelo, según el patriarcado.
Aunque hay otros estudios que han llegado a la conclusión de que no se sabe quién carajos inventó la dichosa frase, pero, que el efecto siempre será el mismo en caso de escupir para arriba.
Ahora bien, podríamos en estos momentos realizar todo un ejercicio físico para evitar que el escupitajo lanzado al aire no logre su objetivo de caernos en la cara, y hasta en la misma boca de quien lo lanza, pero, eso no sería más que una soberana tontería para darle alargue a un tema que, al parecer, no tiene lógica alguna en estos tiempos en donde el mundo, pareciera, se está acabando.
No obstante, se hace necesario recalcar que más allá del efecto físico y los resultados de escupir para arriba y mantener la misma posición, está la connotación real de esta frase que, en la actualidad, nos cae como anillo al dedo.
Así es, por absurdo que parezca, desde hace un tiempo los colombianos vienen escupiendo para arriba y recibiendo escupitajos y hasta mierda, aunque, esta última tendríamos que referenciarla con eso de la mierda que vuela hasta el zarzo y eso, definitivamente, es otra historia.
El asunto es que, cada vez que Colombia y su gente, de la mano de su ridículo, inepto y corrupto gobierno, escupe críticas a los países vecinos, para congraciarse con otros gobiernos como el del norte aquel en donde todos mantienen con sueño americano por las extenuantes jornadas laborales, un escupitajo de grandes proporciones cae sobre el país.
No podemos olvidar, por ejemplo, todas las burlas y las críticas que se hicieron sobre Venezuela, sus dirigentes y su gente y ahora gracias a Duque ¿Qué somos? El país del hazme reír.
Sí, Duque, el dizque presidente, ha utilizado los mismos recursos faranduleros que usa el gobierno venezolano; desde programas de televisión que son una suerte de programa de humor fracasado, hasta salir a decir tonterías todo el tiempo.
Del mismo modo, nos encontramos con que el gabinete del susodicho, se comporta como una banda de comediantes de mala muerte, que salen a decir cuanta sandez se les ocurre y nos causan realmente vergüenza.
¿Qué le estará pasando a la política actual? Por supuesto, esta condición parece que se ha extendido a otras tierras como, por ejemplo, la tierra del tío Samuel en donde un auténtico comediante, amo y señor de la farándula barata y carroñera, fue elegido presidente.
Este personaje cantinflesco llevó al país que lucha dizque por la libertad, a vivir una verdadera hecatombe durante la pandemia, puso en su momento, por increíble que parezca, a beber a más de uno Clorox, aunque en Colombia también beben de todo, y, por su fuese poco, incitó a la población a crear desmanes porque como buen farandulero, también resultó ser un mal perdedor.
Es como a los gringos la amistad con los de Uribe les hubiese afectado más que la droga que allí se consume y que es, sin lugar a dudas, una gran problemática.
Como sea, la política actual preocupa, porque el listado de disparates y payasadas es bastante largo y se extiende a muchos otros países, tanto del sur como del norte y de todas partes.
No se sabe si todos adoptaron el mismo modelo chabacano para entretener al pueblo o si realmente, la mente del político moderno se ha reducido a la de un bufón caído en desgracia porque ya no hace reír.
En todo caso, la invitación es la misma, no importa quién la haya inventado: ¡No escupa pa’ arriba mijo, que en la cara le puede caer!