Opinión

Primero, un ser humano

Ricardo Orozco Valero

Ricardo Orozco Valero

Gobernador del Tolima y Columnista Invitado

En esta navidad y fin de año repasando los álbumes de fotos en casa con la familia, recordé mis días de infancia en medio de la pobreza, las limitaciones y la falta de oportunidades, recordaba los zapatos rotos, la falta del estreno en navidad, pero también la generosidad de los vecinos amigos que nos daban comida y a veces regalos. Fui un adolescente como muchos que debía escoger entre montarme al transporte que me llevará al colegio o irme y venirme a pie para comerme una empanada con gaseosa, trabajé desde niño para ayudar en casa al sustento, muy temprano asumimos la responsabilidad como papás.

En el escenario donde me levante en el sector rural de Ibagué y por las condiciones económicas de mi familia, las posibilidades de avanzar y triunfar en la vida, tal vez eran nulas, sin embargo, las ganas, la resiliencia, los amigos y por su puesto Dios nos permitieron avanzar hasta llegar a ser el gobernador de los tolimenses.  Mi primer ejercicio político fue presentarme a las elecciones de la presidencia de la junta de acción comunal de Chapetón en el Cañón del Combeima, no sin antes ejercer las labores de campesino, ordeñando vacas, criando marranos, recogiendo café o hasta cargando bultos, fui estudiante, policía, guarda de tránsito y funcionario del Sisbén, recorrido que me permitió conocer de primera mano tantos y tantos problemas que tenemos y que sufre permanentemente la gente.

Por eso ahora como gobernador cada decisión, cada acción, gestión y lucha, la hago con el alma y la imagen de cada cosa que viví, con el recuerdo del hambre, la pobreza y las limitaciones; soy primero un ser humano, ese que se refleja en muchos tolimenses que se levantan a trabajar, con la esperanza de salir adelante con sus familias, por eso mi gobierno ha tenido una gran preferencia por lo social, la educación, la salud, el trabajo permanente por las vías del Tolima que permitan a los campesinos mejorar su condiciones se han convertido en prioridad vital.

Avanzamos mucho, tal vez faltará mucho más, por lo que seguiremos trabajando. Hoy simplemente recuerdo en mí, a muchos que luchan para decirles que los sueños si se pueden hacer realidad y que aquí estoy escribiendo sin cálculos políticos la historia, para ayudar en esos propósitos.

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