Opinión

¿Quién cuida a los hijos de las mujeres poderosas?

Sara Moreno Ruiz

Sara Moreno Ruiz

Columnista Invitada

Hasta hace muy poco, las mujeres solo aparecíamos en las revistas como ejemplo de buenas madres y esposas. La guía de la buena esposa, un artículo publicado en la edición del 13 de mayo de 1955 de la revista Housekeeping Monthly, describía cómo debía comportarse una esposa ejemplar. El texto fue tan representativo de esa época que terminó recopilado en un libro satírico titulado 19 reglas para ser una buena esposa, del cual, por cierto, tengo una copia.

Setenta años después, en su edición del 9 de mayo de 2025, Forbes Colombia presentó a “las 100 mujeres más poderosas del país”: un centenar de mujeres en cargos tradicionalmente ocupados por hombres, y a través de los cuales —según la revista— están redefiniendo el poder. ¿De qué manera?, me pregunté al leer esas líneas y volver a la portada, donde aparecían un puñado de ellas vestidas con trajes muy elegantes de oficina.

Las mujeres dejamos la casa para ir a la universidad y prepararnos para ocupar esos cargos “de poder”. Al hacerlo, dejamos a otras mujeres en nuestro lugar, en la casa, cuidando a nuestros hijos. No voy a entrar en los detalles de quiénes nos reemplazaron cuidando a nuestros maridos, porque no es de interés en este artículo y porque, por suerte, eso no es tan importante como Housekeeping Monthly lo hacía ver.

En cambio, según datos de Indeed actualizados al 9 de mayo de 2025, el salario mensual promedio de una niñera en Colombia es de aproximadamente $1.080.153. Esto significa que las mujeres a quienes contratamos para que nos reemplacen en el hogar cuidando a nuestros hijos ganan menos del salario mínimo.

Es curioso, por decir lo menos, que valga más lo que hacemos por fuera de la casa que cuidar lo más valioso que tenemos —y que tiene la sociedad—: a nuestros hijos.

A esto hay que sumarle las dificultades y responsabilidades que conlleva este tipo de trabajo —lo sabe cualquiera que lo haya hecho— y el hecho de que muchas de estas trabajadoras no están formalmente contratadas. Lo cual implica que no tienen acceso a salud, pensión, vacaciones ni ninguna otra prestación laboral.

Es muy probable que las mujeres que cuidan a nuestros hijos tengan circunstancias de vida precarias. Y esto nos parece normal.

Todavía no he leído la reseña completa de las 100 mujeres más poderosas de Colombia. Lo cierto es que, mientras en las portadas de las revistas sigan apareciendo ellas sin que se hable de quién cuida a sus hijos —en qué circunstancias lo hacen y qué tan fundamental es ese cuidado para la sociedad—, no habremos alcanzado la igualdad de género que, quizás, Forbes quiso celebrar. Casualmente, en el mes en que se celebra el Día de la Madre en Colombia.

Mientras hacemos los ajustes que se requerirán para que eso suceda, que se vaya enterando la revista Forbes —y todos nosotros aquí— que no hay trabajo más poderoso que el de criar a un niño y cuidar a un bebé.

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