Opinión

Reflexiones sobre el tema Cataño

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Comunicador Social – Periodista; Especialista en Derechos Humanos y Competencias Ciudadanas de la Universidad del Tolima.

Lo primero que debo decir es que, pensé que no había necesidad de escribir o mencionar más sobre este tema tan controversial y aburrido, pero en vista de las malas pasiones que ha generado en el país entre los hinchas futboleros, quiero mencionar algunas cosas respecto a lo que ocurrió el domingo pasado en el estadio Manuel Murillo Toro de Ibagué.

Como seguidor del Deportes Tolima yo también viví la amargura de ese tiro penal desperdiciado por Daniel Cataño en la final pasada contra Atlético Nacional. Me pareció equivocada la forma en que el jugador asumió un cobro de esa naturaleza, casi sin fuerza e indicándole con su mirada al arquero rival, quizás de manera inconsciente, el ángulo a donde iba a cobrar.  Lo segundo es que, a partir de allí, una buena parte de la hinchada tolimense mostró su molestia en que el jugador permaneciera en el equipo luego de este suceso y se lo hizo saber a través de redes sociales, a lo que Cataño no supo darle manejo y se dejó permear de los comentarios negativos de algunos, al punto en que él mismo empezó a contestar desde su perfil. Primer error.

A partir de allí la historia cambió. Un Cataño contagiado de negativismo y poca camaradería salió a decir algunas cosas desafortunadas en medios de comunicación. Hay quienes dicen que se quejó de algunos detalles de la interna del Tolima, y pidió salir del equipo, encontrando en Millonarios, una alternativa de darle otro aire a su carrera. Lo demás es historia. Los silbidos, los madrazos, los insultos y demás que ha recibido el jugador por parte de algunos hinchas del Deportes Tolima, no han sido pocos. Ha sido hostigado hasta el cansancio, y de hecho, hasta denunció amenazas a él y a su familia. Algunos medios partidistas del Deportes Tolima, y ciertos líderes de las tribunas del Tolima, también se equivocaron, pues no han parado de fustigar a Cataño en redes sociales. Desde antes del partido del pasado domingo, en Twitter se leían algunos reconocidos hinchas pijaos, esperar con ansias el día del partido para gritarle cosas al jugador e incluso algunos mostraron carteles con ofensas, los cuales presentaron el mismo domingo. Equivocados desde luego.

Todo ese ambiente de enemistad con el ex jugador del Tolima, y al pintarlo como «enemigo del pueblo», alentó la agresión desde la llegada al hotel de concentración, pues hinchas del Tolima, esperaron a las afueras del Sonesta al bus de Millonarios, solo para insultar a Cataño con palabras de grueso calibre, a lo que el jugador respondió mandando besos. Nuevamente se equivocó Cataño pues debió dejar pasar por alto la ofensa.

Lo del estadio ya es ampliamente conocido. Un hincha exacerbado saltó al campo de juego a golpearlo, Cataño devolvió la agresión, y ya conocemos el desenlace de la historia. Lo cierto es que así como no se justifican los hostigamientos que ha vivido Cataño, tampoco se justifica la actitud inmadura que ha tenido desde que salió del equipo Pijao. Como ven, los malos ex se vuelven tóxicos y las cosas pueden terminar muy mal.

Un jugador de fútbol es visto por miles de personas en el mundo. Debe procurar dar un buen ejemplo, además porque se sabe que el ambiente futbolero es pasional y virulento. No me imagino a Messi respondiendo ataques, o a Falcao, cuando le han dicho insultos. Las respuestas deben ser en la cancha jugando.

Posdata: absurdas las declaraciones de Milton Restrepo, Secretario de gobierno ibaguereño, quien citó a Cataño a rendir descargos, así como las del alcalde Hurtado quien lo tildó de provocador.

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