Renuncia de Ricardo Bonilla: Se sacude el Ministerio de Hacienda en medio de polémicas y tensiones políticas
En un giro inesperado en el gabinete del presidente Gustavo Petro, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, presentó su renuncia irrevocable en medio de un panorama complicado, marcado por acusaciones de corrupción y tensiones con el Congreso. La salida de Bonilla se produce en un contexto en el que el mandatario ha reiterado su apoyo al exministro, pero también ha manifestado la necesidad de su dimisión para que pueda concentrarse en su defensa judicial.
Razones detrás de la renuncia
La renuncia de Bonilla fue solicitada directamente por Petro, quien aseguró en un extenso mensaje publicado en X que el ministro es víctima de ataques políticos y chantajes. “Espero su renuncia, no porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de gobierno”, escribió el presidente, en una defensa apasionada de Bonilla y su gestión.
El núcleo de la controversia se centra en el manejo de los llamados “cupos indicativos” y en supuestas presiones ejercidas por congresistas para obtener beneficios presupuestales. Petro fue enfático en criticar estas prácticas, señalando que son parte de una cultura política que calificó como “inconstitucional y delictiva”.
El papel del escándalo de la UNGRD
Bonilla quedó en el ojo del huracán tras el estallido de un escándalo relacionado con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Se le vincula con presuntas irregularidades en la aprobación de contratos millonarios. Según testimonios clave, incluyendo el de una exasesora del ministerio, Bonilla habría participado en gestiones para asegurar la aprobación de proyectos con recursos de la UNGRD, lo que desencadenó investigaciones por parte de la Fiscalía.
Declaraciones del exministro
En su carta de renuncia, Bonilla dejó un mensaje dirigido a la Comisión Interparlamentaria de Crédito Público, insinuando que las dilaciones en la aprobación de créditos han generado obstáculos para el cumplimiento de sus funciones. Además, destacó que su renuncia busca proteger la institucionalidad y facilitar su defensa ante las acusaciones.
Implicaciones para el gobierno
La salida de Bonilla supone un golpe para el equipo económico del presidente Petro, quien ha confiado en él desde el inicio de su mandato. La decisión también evidencia las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, especialmente en torno a temas fiscales y presupuestales. Petro no escatimó en señalar al presidente del Senado, Efraín Cepeda, como responsable del bloqueo de reformas clave, acusándolo de proteger intereses particulares en lugar de los del país.
El desafío del nuevo ministro
Con la renuncia de Bonilla, el gobierno enfrenta el reto de encontrar un sucesor que no solo tenga el respaldo técnico necesario, sino también la capacidad política para navegar en un entorno altamente polarizado. El próximo titular de Hacienda deberá manejar una agenda cargada de reformas y enfrentar las presiones internas y externas, todo mientras se mantiene la estabilidad económica del país.
Este episodio marca un nuevo capítulo en la administración de Petro, uno en el que la relación con el Congreso y la lucha contra la corrupción serán protagonistas en los próximos meses.
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