Tendrá una respuesta firme: EE.UU. advierte sobre la presencia de tropas norcoreanas en el conflicto entre Rusia y Ucrania
En un contexto marcado por la tensión en Europa del Este, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, lanzó un fuerte mensaje desde Bruselas, aludiendo a una “respuesta firme” ante la presencia de tropas norcoreanas en el conflicto entre Rusia y Ucrania. Durante una serie de reuniones que incluyeron un encuentro con el secretario general de la OTAN, Mark Rute, Blinken reiteró el compromiso de Washington y sus aliados de apoyar a Ucrania, especialmente tras el despliegue de tropas de Corea del Norte en la región rusa de Kursk, donde actualmente se libra una ofensiva ucraniana.
Blinken advirtió que la participación directa de soldados norcoreanos, quienes estarían combatiendo junto a las fuerzas rusas, añade un nuevo desafío al escenario bélico. “Este nuevo elemento exige y tendrá una respuesta firme”, declaró, sin dar detalles adicionales sobre las posibles medidas que tomaría Estados Unidos en coordinación con la OTAN.
La agenda de Blinken en Bruselas también incluyó una exhortación a Israel en relación con el conflicto en Gaza. En sus declaraciones, solicitó pausas humanitarias “prolongadas” que permitan a la población de Gaza acceder a ayuda esencial. “Para que la asistencia llegue a quienes la necesitan, necesitamos pausas prolongadas, de días, no solo de horas”, expresó Blinken, subrayando la importancia de una interrupción en los combates que permita una distribución efectiva de recursos.
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Según el diplomático estadounidense, aunque Israel ha cumplido algunas de las propuestas planteadas por Estados Unidos, la situación en Gaza demanda acciones adicionales. Blinken insistió en que la única solución duradera para satisfacer las necesidades de la población civil sería poner fin a la guerra.
En medio de un escenario internacional tenso y polarizado, Estados Unidos enfrenta el reto de responder tanto a la expansión del conflicto en Ucrania como a la crisis humanitaria en Gaza, dos frentes que podrían redefinir la política exterior de Occidente en los próximos meses.