Una agonía insoportable

El fin de semana pasado asesinaron a Sara Millerey en Bello, Antioquia.
Todos vimos las imágenes de Sara junto a los matorrales de la quebrada La García. Todos vimos cómo Sara levantaba y bajaba la cabeza en señal de auxilio; o quizás ese movimiento tan dramático era impulsado por la corriente. Tan dramático, que parecía que además de haberle roto los brazos y las piernas, también le hubieran roto el cuello y éste apenas colgara de su cuerpo.
Todos vimos cómo uno de sus brazos permanecía inmóvil, recostado a su torso, mientras el otro entraba y salía del agua, impulsado por lo último que le quedaba de aliento; o quizás también era impulsado sólo por la corriente.
Todos le vimos el pelo adherido a la frente por el agua y, a veces, también le vimos los ojos, cerrados, en una lucha en contra del dolor de su cuerpo que tenía que ser insoportable.
También vimos los restos de su traje color morado pálido; tan pálido como sus labios, cubriendo parte de su cuerpo. Y sus pantalones verdes, como las hojas de los matorrales.
Sara era una mujer transexual de 32 años. Sara fue brutalmente golpeada y arrojada a la quebrada por motivos desconocidos y que son materia de investigación por parte de la Fiscalía General y del Grupo de Trabajo para la Investigación de Violencias Fundadas en la Orientación Sexual y/o Identidad de Género de las Víctimas.
Sara estuvo dos horas agonizando en la quebrada; murió al día siguiente por los golpes y la exposición de su cuerpo a la contaminación del agua en una clínica a la que fue llevada por el cuerpo de socorro de los bomberos.
La siguiente es una reseña de la Doctora en biología y evolución genética, Deena Emera, que debe ser leída por todos:
“A diferencia del sexo biológico, el género es una identidad social que existe solo en los humanos. Describe cómo nos percibimos e interactuamos con los demás, lo cual se ve influenciado por cómo nuestras sociedades definen los roles de género, las relaciones y el poder jerárquico. Si bien el género está influenciado por la biología (en particular, el cerebro), es, por definición, un constructo sociocultural. Por lo tanto, el género es potencialmente una característica más fluida que el sexo”.