Opinión

Y decían que no

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Parece que fue ayer cuando, en plena campaña presidencial, Gustavo Petro llenaba los micrófonos y los periódicos con promesas que, parece, se están quedando en eso, ser solo promesas.

Según él, firmaría en mármol: “No expropiaré; No convocaré a una Asamblea Constituyente; Manejaré los recursos públicos como recursos sagrados; Impulsaré la iniciativa privada, el emprendimiento y la formalización; Garantizaré la democracia pluralista y el respeto a la diversidad; Respetaré el Estado Social de Derecho; Respetaré el acuerdo de paz; Nombraré a las/los más capaces; Garantizaré la igualdad de género; Impulsaré el tránsito ordenado de las energías limpias; Impulsaré la educación pública gratuita y de calidad para todos los colombianos; Garantizaré el cumplimiento de los resultados de la consulta contra la corrupción” y, de todas estas promesas, solo podemos decir, 19 meses después, que hay algunas que no ha incumplido, al menos no de manera frontal, pero cumplir alguna a cabalidad, no.

No hemos visto respeto por los recursos públicos, que han malgastado a diestra y siniestra su esposa, sus ministros y hasta su vicepresidenta; mucho menos mejora en la implementación del proceso de paz, que se deteriora a pasos agigantados mientras su Gobierno sigue sentado con el ELN, concediéndole puntos tan absurdos como el reclutamiento de menores de 15, 16 y 17 años, mientras el Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC, ataca a los indígenas de la minga, a pesar del cese al fuego que habían firmado hasta el 15 de julio; tampoco vemos apoyo a la iniciativa privada, debido a que empresas con más de 20 años están cerrando, porque las medidas económicas actuales y la amenaza de una nueva reforma tributaria los angustia.

No elige a los más capaces, porque solo está dedicado a ubicar en altos cargos, algunos de ellos diplomáticos, a quienes fueron lacayos de su campaña, pero carecen de cualquier conocimiento técnico del cargo. Tampoco son personas íntegras, porque fueron capaces de correr “la línea ética” para llevarlo a la Presidencia. Para rematar, no cumple los resultados de la consulta anticorrupción, donde se pedía reducir el salario de los altos cargos del Estado y el presidente sólo se ha dedicado a crear nuevos a los que les paga cifras desproporcionadas.

Ahora, para rematar, el presidente Petro se reúne en Cali en el lugar llamado “Puerto Resistencia”, de donde es oriunda y siente resguardo la Primera Línea de Cali, para decir que él es de la Primera Línea y que, para poder tener sus reformas, hay que hacer una Asamblea Nacional Constituyente. Lo inconcebible es que, no hacerla, fue una de una sus promesas de campaña. Además, es evidente que este es el mismo paso a paso que utilizó Chávez en Venezuela y que tiene a ese país sumido en la debacle que hoy, conocemos.

Confiemos en que, en el Senado, esa propuesta del presidente se sienta tan descabellada como se han sentido la reforma a la salud, la reforma laboral o la reforma a las pensiones y tampoco se cristalice. Todavía nos quedan 29 meses de este Gobierno que, lo único que está cumpliendo a cabalidad, es ser el cambio de modelo económico que nos lleva en picada al desastre, al dejarnos sin oportunidades de crecimiento al querer implementar un falso modelo asistencialista, como el cubano, el venezolano o el nicaragüense. Porque debemos recordar que, en estos países, las promesas fueron las mismas y, los resultados, ya pudieron evidenciarse. De verdad, ¿esperamos llegar a lo mismo?

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