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Y se robaron, otra vez, las elecciones en Venezuela

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Durante seis horas, estuvimos en vilo, como, según decían los periodistas, estuvo Maduro durante el mismo tiempo. Pero el resultado era de esperarse: una vez más, Nicolás Maduro se robó las elecciones en Venezuela. Según el dudoso Consejo Nacional Electoral, Nicolás Maduro obtuvo 5.150.092 votos, el 51.2 % del total de votantes, mientras que Edmundo González logró 4.445.978, el 44.2 %. Inverosímil, pero quieren que creamos que es cierto.

Es tan absurdo este resultado, que la votación ganadora de Maduro hoy, fue superior a la obtenida por Chávez en 1998, cuando todo el mundo creía en él y en sus promesas. En aquel entonces, 3.673.685 venezolanos votaron para elegir un presidente que prometía respetar todo y a todos. Hoy, en cambio, Maduro tiene un país en quiebra y con la mayor cantidad de exiliados de la historia, quienes tampoco pudieron votar. ¿Cómo hizo para lograr un 40 % más de votos cuando, para empezar, tiene menor cantidad de votantes posible?

El resultado no es sorpresa, aunque no puedo negar que la esperanza siempre estuvo a flor de piel, soñando con que el milagro se diera. Y no es sorpresa, simplemente porque todas las señales indicaban que esto podría pasar: los observadores internacionales no afines al régimen, no pudieron entrar al país, según Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, porque están “vinculados al narcotráfico y a hechos de corrupción”, “no eran observadores, ni veedores ni nada”… “y montaron un show”; los veedores de la oposición no pudieron ingresar al Consejo Nacional Electoral para conocer los resultados. ¿Quién podría pensar, ante tanto misterio, que las cosas se hicieron bien y que no hay nada que ocultar?

Además, tengamos presente que, en 2019, Maduro cerró todas la embajadas y consulados en los Estados Unidos, lo que impide que quienes residen en el país del norte, puedan votar. Además, los requisitos que impuso el Régimen para votar a quienes están fuera de Venezuela y que hicieron que sólo 69000 personas pudieran acceder a las urnas, fueron tener pasaporte vigente y una residencia permanente oficial en el país que habitan. La “cédula” venezolana no fue aceptada. En comparación, los colombianos, cuando queremos votar estando en el exterior, solo necesitamos presentar nuestra cédula o nuestro pasaporte para inscribirnos. ¿Por qué evitar que los ciudadanos voten? ¿No buscaba Maduro una victoria abrumadora? ¿Temía que, desde fuera del país, se consolidara o refrendara su salida?

Desde el comienzo del día, hubo acciones impropias, algunas delincuenciales. En Araure, capital del estado Portuguesa, por ejemplo, miembros de la Guardia Nacional fueron enviados para evitar que los venezolanos votaran. En el municipio Guásimos, del estado Táchira, motorizados dispararon y lanzaron morteros contra las personas que estaban en el centro electoral. Tengamos presente que, durante todo el día, María Corina Machado pidió a los testigos electorales no retirarse de las urnas hasta no tener el acta que certificara el resultado de las votaciones. ¿A quién buscaban amedrentar en estos centros electorales?

A las 2:33 p. m., Evo Morales publicó en su cuenta de X una encuesta donde se daba como ganador a Maduro con un 55 %, frente a un supuesto 34 % de Edmundo González, mientras que todas las otras encuestas a Boca de urna, daban como ganador a González. Parece que Morales preparaba el terreno para ir fraguando el fraude que terminamos viendo. Al fin de cuentas, hay que ayudar a los amigos.

Durante el día, personajes como Ernesto Samper, Clara López y Gustavo Bolívar, no perdieron la oportunidad para alabar al sistema electoral venezolano. No queda claro qué alababan: la prontitud de los resultados (casi 6 horas para darlos), la fidelidad de éstos o la transparencia con que se dan. Aunque se entiende un poco cuando, al igual que en Venezuela, tenemos un presidente con una cantidad de votos que no corresponde a la realidad: recordemos que Gustavo Petro aumentó 500 mil votos en cuatro años y 3 millones en quince días.

Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, afirmó, avanzada la noche y ante los medios de comunicación, que Venezuela dio una lección de civismo y democracia, que sortearon las amenazas de la oposición y, con el ánimo de irnos preparando para el fraude, manifestó que se vio que los centros de votación se “desinflaron temprano”. Vladimir Padrino López, ministro de Defensa de Maduro, dijo que observó mucho civismo y paz en estos comicios, más que en cualquiera de los años anteriores, salvo algunas excepciones que no valía la pena mencionar. Anunció que van a hacer “valer ese valor (paz) por el que el pueblo venezolano salió a votar hoy”. ¿Estaría buscando preparar a la gente para el “baño de sangre” que anunció Maduro? Si, de todas formas, iba a ganar…

A las 10 p. m., hora venezolana, se concentraba el chavismo a celebrar, instalando la tarima, aunque no había resultados todavía, lo que indicaba, de nuevo, que se orquestaba el fraude… A las 10:30 p. m., Omar Barbosa de Plataforma Unitaria salió ante los medios con un tono de resignación, a decir que faltaban el 70 % de los escrutinios, indicando que van a buscar soluciones en bien de la paz. Pidió que no cayéramos “en una precipitación autoritaria”, quizás porque los resultados que no se podían publicar, le hacían sentir a la oposición que la esperanza seguía viva, pero, en el fondo, sabían que la espera indicaba que el sueño no se haría realidad.

Pasada la medianoche en Venezuela, Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, anunció los resultados de los escrutinios. Con un 59% de participación electoral y con la transmisión del 80 % de las actas electorales, anuncia resultados “irreversibles”, aclarando que, una supuesta acción terrorista, atacó el sistema de transmisión e impidió dar los resultados rápidamente. Sí, cómo no…

Edmundo González y María Corina Machado, conociendo el resultado de más del 40 % de las actas, aparecieron en su sede y ante los medios, anunciando que los resultados que conocen son diametralmente opuestos a los entregados por el Régimen, por lo que González es el verdadero ganador de la jornada. Machado aclara que no aceptarán el chantaje del Gobierno, al decir que la defensa de la verdad es violencia, “les pido a todas las comunidades que vayan a acompañar los centros de votación” dijo María Corina. “El final será que prevalezca la verdad”. González prometió continuar “hasta que la voluntad del pueblo de Venezuela sea respetada”.

En la celebración del triunfo, Maduro dice que, al sistema electoral venezolano, se le hacen 16 auditorías y que no se involucran en elecciones de otros países, lo que es inteligente para que nadie se inmiscuya en los fraudes que él cocina. En cuanto a los presidentes, Gabriel Boric de Chile, pide que los resultados puedan ser verificados para reconocerlos; Javier González-Olachea de Perú, dice que no reconocerá los resultados de Venezuela; mientras Xiomara Castro de Honduras y Javier Díaz-Canel de Cuba, felicitaron a Maduro.

Infortunadamente, hoy comprobamos que los tiranos no se quitan del camino con democracia, porque no entienden ni respetan ese lenguaje. Las medidas a tomar deben ser otras, más contundentes.

Y aunque haya quien pida a la comunidad internacional “hacer algo”, quienes deben realmente hacerlo, son los venezolanos. Si no toman las riendas de su país y recuperan lo que queda de él, seguirán camino a convertirse en Cuba o Nicaragua, versión 2.0. ¡Viva Venezuela libre! ¡Gloria al bravo pueblo!

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