Cultura

Bajo la cama

Luis Carlos Rojas García

Luis Carlos Rojas García

Escritor

Llevo varias noches escuchándolo; al principio y solo al principio, era una suerte de respiración suave y cálida. Después, se convirtió en el ronroneo de un gato, pero, con el paso de los días, el extraño sonido cambió.

Así que cada noche debo identificar el ruido de lo que sea que vive bajo la cama… bajo mí cama. Anoche, por ejemplo, el ruido se asemejaba a un lamento; inicialmente era como el gemido de un niño, pero luego, la tonalidad del ruido fue cambiando hasta convertirse en el lamento de un anciano enfermo que en medio de su agonía implora a la muerte que venga a buscarlo.

¡Dios! Nadie sabe el suplicio que vivo cada noche cuando entro a mi habitación y me acuesto en mi cama. Nadie sabe el infierno que se ha desatado en ese lugar oscuro, lugar en donde guardamos los más aterradores miedos.

¡Dios! Mi condena es comparable a la agonía inclemente que vivió Prometeo en los tiempos de los dioses; el ruido, el maldito ruido se transforma y me arrulla entre sus brazos para después arrojarme al fondo del abismo del pánico eterno.

Desde las profundidades imploro que alguien en su infinita misericordia se apiade de mí; desde lo más profundo de este mundo lúgubre, imploro a cualquier alma caritativa y valiente que venga y haga lo que yo no he podido hacer, lo que nunca podré hacer.

Ruego a ti mi querido lector, mi querida lectora, que me den su mano… suplico, imploro, ruego, me arrodillo ante cualquiera que sea capaz de entrar a esta habitación y mirar bajo la cama y que me diga de una vez por todas qué clase de criatura, monstruo o esperpento vive allí.

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