El número de víctimas por el terremoto en Birmania asciende a 1.644 personas

El saldo de muertos por el devastador terremoto que golpeó Birmania el viernes ha ascendido a 1.644, según el último balance divulgado por la Junta Militar que gobierna el país. La tragedia, que dejó además 3.408 personas heridas y 139 desaparecidas, ha causado una grave crisis en un país ya debilitado por el conflicto civil iniciado tras el golpe de Estado en 2021.

El terremoto, de magnitud 7,7, tuvo su epicentro en la ciudad de Sagaing y ocurrió a las 06:20 GMT del viernes, seguido minutos después por una réplica de magnitud 6,4, que posteriormente fue ajustada a 6,7. La fuerza del sismo, ocurrido a poca profundidad, se sintió a más de 1.000 kilómetros de distancia, llegando incluso a Bangkok, la capital de Tailandia.

Las autoridades han declarado el estado de emergencia en las seis regiones más afectadas. En Mandalay, una de las principales ciudades del país, más de 90 personas podrían estar atrapadas bajo los escombros de un edificio residencial de doce pisos. La Cruz Roja y otros grupos de rescate trabajan en la zona para encontrar sobrevivientes.

El terremoto también dejó graves daños en infraestructura religiosa y civil. En Mandalay, una pagoda centenaria fue destruida, y un monasterio se derrumbó, causando la muerte de un monje. Además, los daños en los hospitales han obligado a atender a los heridos en las afueras de los edificios, como en el caso de un hospital en Naipyidó, la capital administrativa.

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Ante la magnitud del desastre, el presidente de la junta, Min Aung Hlaing, ha solicitado ayuda internacional, extendiendo una invitación a cualquier país u organización dispuesta a colaborar en las tareas de rescate. Varios países, como China, Corea del Sur, Malasia, e India, ya han comenzado a enviar ayuda humanitaria, incluidos equipos de rescate y suministros básicos.

La situación se complica debido al contexto de guerra civil que ha desplazado a más de 3,5 millones de personas y dejado a millones de birmanos en riesgo de hambruna. El sistema de salud, ya debilitado por el conflicto, se enfrenta a una crisis adicional por la destrucción de hospitales y la escasez de recursos.

Mientras tanto, en Tailandia, la devastación también se dejó sentir, con el colapso de un edificio en construcción que provocó la muerte de al menos diez personas en Bangkok. La búsqueda de sobrevivientes continúa, y las autoridades de la ciudad están evaluando los daños estructurales en otros edificios.