Opinión

Es hora de unirse al paro de los arroceros: Exigir hechos, no promesas vacías

Juan David Rincón Galindo

Juan David Rincón Galindo

Comunicador Social y Periodista
Especialista en Periodismo Deportivo
Socio ACORD – Tolima
Director Tolima Online

El país se encuentra en una encrucijada crítica, donde las promesas hechas por Gustavo Petro durante su campaña presidencial parecen haberse desvanecido en un mar de discursos vacíos y medidas improvisadas. El reciente paro de los arroceros es una clara señal de que la situación ya no puede seguir ignorándose. Es el momento de que todos, como ciudadanos comprometidos, nos unamos a esta causa y exijamos al gobierno que cumpla lo prometido, pero no con más palabras, sino con hechos concretos y soluciones reales.

La situación del sector arrocero es una muestra del fracaso de la política económica del actual gobierno. Los productores enfrentan una grave crisis, donde no solo se ven afectados por los precios internacionales del arroz, sino también por la falta de apoyo institucional y la competencia desleal que genera la importación de productos que no respetan los estándares que los arroceros nacionales deben cumplir. Mientras tanto, el gobierno de Petro, en lugar de dar soluciones efectivas, se limita a lanzar discursos sobre la justicia social y la equidad, sin implementar políticas públicas que protejan a los productores nacionales.

Los arroceros no están luchando solo por su sustento, sino por la soberanía alimentaria del país. El desinterés del gobierno por enfrentar el desastre que se vive en el campo refleja una desconexión peligrosa con la realidad de millones de colombianos que dependen de la agricultura. No es justo que el presidente Petro, quien se postuló como el líder del cambio, se quede en las promesas y no actúe con la urgencia que la situación demanda.

Es hora de que el gobierno de Gustavo Petro deje de utilizar la demagogia como herramienta política y comience a implementar políticas que beneficien realmente a los sectores productivos, que generen empleo y estabilidad en el campo, y que protejan los intereses nacionales frente a la competencia extranjera. No basta con hablar de justicia social, necesitamos resultados palpables.

El paro de los arroceros es solo la punta del iceberg de un descontento que crece en todo el país. Es momento de que el gobierno enfrente la realidad y tome decisiones que realmente impacten de manera positiva en la vida de los colombianos. Si Petro sigue ignorando las demandas del pueblo, perderá el respaldo de aquellos que creyeron en su propuesta de cambio.

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