Opinión

¿Injusta legalidad?

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

Daneydi Barrera Rojas, más conocida como Epa Colombia, fue condenada esta semana en segunda instancia por los delitos de “Daño en bien ajeno, perturbación en servicio de transporte público colectivo u oficial e instigación a delinquir con fines terroristas”, por la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá.

Dicha condena se presentó porque el 22 de noviembre de 2019, en medio de las protestas que se presentaban en el país, la señora tuvo como idea, martillo en mano, destruir las puertas de vidrio, el dispositivo de lectura de tarjetas, los equipos de recarga automática y la registradora de acceso a la estación Molinos de Transmilenio, además de registrarlo en un video que publicó en su cuenta de Facebook. También participó en la destrucción de la URI de Tunjuelito y en la realización de un graffiti que insultaba al presidente Duque.

En cuanto se conoció la sentencia, las voces de aliento hacia Epa Colombia no se hicieron esperar. Incluso, algunas personas realizaron un plantón que, al parecer, no tuvo tantos adeptos como se esperaba. Algunos la condenaron por los hechos inicialmente y, frente a la decisión, han mostrado su reticencia, argumentando que la señora ya se rehabilitó, pidió perdón, hace buen uso de las redes sociales y da trabajo.

No quiero ser impopular, pero les recuerdo que esta persona fue la misma que se metió “por un baño” a la Fontana del Louvre en París en 2018; que el año pasado fue sorprendida en su peluquería violando la cuarentena y sin utilizar, ni ella ni sus empleados, ningún protocolo de bioseguridad; y que, cada que tiene una dificultad de algún tipo, utiliza sus redes sociales para llorar por lo incomprendida que se siente. Si “la ley es para los de ruana”, llegó el momento en que a Epa Colombia se la pusieron, porque se le acabó el cuarto de hora de buena suerte donde sale impune de todo.

Pero la justicia en nuestro país debería ser, precisamente, más justa. Necesitamos condenas no solo para Daneidy Barrera, faltan condenas sensatas y proporcionadas para Ñoño Elías, los Nule, los Moreno; para los que se robaron el Programa de Alimentación Escolar, los $70.000 millones de la conectividad en MinTic y para quienes lo permitieron; para los que se quedaron con Reficar, Electricaribe, Saludcoop, InterBolsa, entre otras; para todos aquellos que son capturados en flagrancia y, por algún tecnicismo de nuestra ‘justicia’ mal hecha, son dejados en libertad.

Lo principal que necesitamos modificar son nuestras bases, nuestra esencia. Debemos comenzar por definir qué tipo de personas queremos dirigiendo nuestro país, nuestras instituciones, con qué valores, moral y ética, esperamos que dirijan nuestro destino. Cuando tengamos esto claro, estaremos capacitados para salir a las urnas a tomar decisiones para, después, exigirles el cumplimiento de sus promesas de campaña, esa es la única forma en que cambiaremos el destino de nuestro país.

Por cierto, ¿ya inscribieron la cédula?

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