La odisea de ser cicloviajero en época de pandemia
Alejandro Martín Barraza y Aida son dos cicloviajeros con una amplia experiencia recorriendo por separado varios países en bicicleta. Alejandro es argentino y Aida es catalana. Alejandro cuenta que su primer viaje importante en bicicleta fue en el año 2015, recorriendo Bolivia, Chile y el norte de Argentina, acompañado de unos amigos.
Mientras que Aida había hecho viajes en 2009 por Holanda y Alemania cuando estuvo de erasmus, (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios) por sus siglas en inglés.
Alejandro y Aida se conocieron hace 3 años y empezaron a viajar juntos por España, Francia, Italia y Suiza. Alejandro cuenta que al principio buscaron lugares sencillos para empezar a viajar y ver factible el poder realizar un viaje más largo.
Sobre cómo nace la pasión de Alejandro por la bicicleta y la experiencia de tener que quedarse aguardando la cuarentena en un país, Tolima Online se lo cuenta en una serie de preguntas al cicloviajero latinoamericano.
¿De dónde nace esa pasión por viajar en bicicleta?
Personalmente fue sobre todo gracias a varias amigas y gente que empecé a conocer que lo hacía y viajaba de una manera, sobre todo, no deportiva. Una de ellas, Virginia, de Sevilla, venía con su pareja viajando desde Quito y me reuní con ellos en Bolivia y viajamos juntos 2 meses. Enorme experiencia. Esto fue en 2015. Ese mismo año yo me había vuelto a vivir a Argentina un tiempo y conocí a una pareja de chicas, Maylis, francesa y Lucía, de Argentina, que habían terminado su viaje en bici desde Chambéry, Francia, a Tucumán, Argentina. Así que ese año tuve muchas influencias. Luego conocí a Aida y ella se movía ya habitualmente en bici, por lo que no fue difícil pasarnos a la bici como medio habitual para viajar. Más adelante empezamos a viajar con nuestras amigas y fuimos sumando más gentes en escapadas.
Muchísimas personas nos han inspirado para lanzarnos. Mujeres que viajan solas, familias con niños, gente de más de 60 años que hacen travesías en bici absolutamente increíbles. Así que nos dijimos, ¿por qué no? Y aquí estamos. Aida y yo nos casamos el mes de enero pasado para salir a recorrer la ruta de la seda. Hace un año que veníamos ahorrando y preparándonos para hacer este viaje aprovechando toda la información y la experiencia de tantas personas que se lanzan año tras año a pedalear por el mundo. Un día decidimos que ya no queríamos que nos lo contaran más y ser nosotros los que viviéramos en primera persona lo que es hacer un viaje largo en bici.
¿Qué países o continentes te ha permitido conocer el viajar en bicicleta?
De momento sólo Europa, porque nos quedamos a 100km de la frontera con Turquía que, esperamos, abra pronto nuevamente.
¿Ahora por la situación de la pandemia y cuarentena cómo te has visto afectado?
Veníamos viajando sin ser muy conscientes de lo que se venía encima. Habíamos salido de Barcelona con la amenaza del coronavirus aún lejos, luego de Italia con algunos casos en Lombardía y empezamos a cruzar fronteras por Albania y Macedonia del Norte con el ojo puesto en gente que llevaba barbijos y guantes.
Cuando estábamos a punto de llegar a la última gran ciudad griega antes de Turquía, Alexandrópolis, nos pilló un temporal de frío y viento. No encontrábamos dónde refugiarnos porque todo estaba ya cerrado así que reculamos hacia Komotiní.
Conseguimos un sitio dónde pasar la noche y durante un día leímos y escuchamos noticias del mundo. Caímos en cuenta de que el tema no era broma y decidimos quedarnos quietos. Llevamos parados aquí en Grecia desde el 13 de marzo.
Y sí, frustra un poco no poder pedalear y que los planes que teníamos no sean como los deseábamos. Pero, por otro lado, sabemos que tenemos el privilegio de poder permitirnos estar en un lugar calentitos mientras todo esto pasa. Así que nada, paciencia.
¿Cómo ha sido la experiencia de quedar atrapado en un país sin posibilidad de poder seguir viajando?
Por suerte para nosotros estamos bastante bien. Tuvimos que desempacar las alforjas de la bici y ponerles una lona para protegerlas de las inclemencias meteorológicas (esta región de Grecia es helada) y bueno, quieras que o no, te da pena sentirte que te has puesto fuerte los últimos meses y ahora de golpe tienes que parar. Por otro lado, nos aloja una familia griega muy simpática con la compartimos cafés y hace poco celebramos la pascua ortodoxa, tenemos un jardín lleno de gatos y perros, y aquí en Grecia se permite hacer ejercicio físico durante el confinamiento. Usamos las bicis para hacer la compra, ¡al menos!
¿Crees que cuando todo esto pase las personas cambien estilos, costumbres y hábitos de vida?
Creo que de manera general nos afectará mucho el tema de las fronteras y hábitos de consumo. Los lugares permanecerán cerrados un tiempo y no sabemos cómo reaccionará la gente al ver dos extranjeros viajando. Tampoco sabemos las secuelas sociales que esta pandemia dejará por los países que pasemos. Sin embargo, nosotros con la bici acampamos mucho y cruzamos poca gente, a excepción que hagamos warmshowers. Así que la rutina en bici es sobre todo pedalear, comprar algo en un super, pedalear hasta que empiece a caer la noche y buscar un campito dónde dormir.
Una cosa sí que nos ha cambiado, al menos de momento, y es la percepción del tiempo. Hasta antes de quedarnos parados sentíamos un poco que el tiempo corría a toda velocidad, que teníamos que ir haciendo etapas por cada sitio que pasábamos. Creo que este parón nos ha dado la oportunidad de reflexionar sobre ese tema también y espero que nos ayude a saborear mejor los lugares a los que vayamos.
En el siguiente link podrán visitar la página de Alejandro y conocer su vida como cicloviajero https://sabandijistan.wixsite.com/sabandijistan