Las puertas de papel hacía la fantasía
La facilidad que el mundo nos ha provisto para el consumo de contenido de entretenimiento cada vez más corto, ha proporcionado que las personas en general ya no opten por los pasatiempos de larga duración. Con esto quiero decir que es mucho más sencillo ver 60 tiktoks de 1 minuto en una hora, que usar esa misma hora para tejer, practicar un instrumento, aprender a hacer un postre o leer un libro. Respecto a este último punto, una encuesta de consumo cultural realizada por el DANE en 2014 arrojó que el 83,3% de las personas encuestadas leyó entre 1 a 5 libros en un año, y solo el 8,9% leyó 10 libros o más.
¿Será el ámbito económico un impedimento para fomentar a la lectura? En la actualidad, la red de bibliotecas públicas de Ibagué cuenta con 18 bibliotecas, 4 de ellas en zona rural. Entonces ¿Qué limita a los ibaguereños a sumergirse en este pasatiempo? Algunos manifiestan no tener tiempo, mientras que a otros se les hace muy pesado y tedioso. Hay que resaltar que existe una inmensa variedad de libros, para todos lo gustos y colores. Por este motivo en 2019 nació el programa de “Libros a la calle”, cuyo objetivo era incentivar a la lectura por medio de la instalación de 30 pequeñas bibliotecas en diversos parques de la ciudad.
Leer es un placer a alcance de todos. Existen varios autores tolimenses que se han destacado por su talento. Algunos de ellos son William Ospina, Carlos Orlando Pardo o John Fáber Lastra. Finalmente, quiero invitar a todos a fomentar este hábito, de poco a poco, para alimentar el hambre por los libros. Avivar la imaginación es complejo, pero es realmente enriquecedor para la mente y el alma; disfrutar desde una cercana historia de amor hasta una lejana travesía llena de hadas y duendes, puede llegar a llenar el vacío de la rutina y la cotidianidad.
