Para dar y convidar

La situación que estamos viviendo en el Congreso de la República con el retorno de Armando Benedetti y la aparente aprobación de la reforma a la salud, es la clara muestra de que este Gobierno tiene mermelada para dar y convidar en todos los frentes, a quienes estén dispuestos a recibirla.
Es aún más indignante ver cómo, a pesar de tanto dolor por las inapropiadas actuaciones previas del actual ministro del Interior, son pocos los senadores y representantes que prefieren retirarse de su camino. Pareciera que el juego actual, consiste en rendirle pleitesía a un hombre que se ha dedicado a llenar sus bolsillos con el dinero de un país por el que, realmente, no ha hecho nada.
Sigo sin comprender cuál es el ‘encanto’ que tiene este señor, que le permite abrirse paso en medio de todos y para todo. Puedo entender que, en el caso del presidente, es todo lo que ha logrado saber de su vida personal y política durante el tiempo que ha estado a su lado, pero ¿los senadores y representantes a la Cámara? ¿O es que acaso lo que puede ofrecerles, con el aval del Gobierno, es tan irresistible que facilita que todos caigan rendidos a sus pies?
La verdad, las mujeres, en su mayoría del partido Liberal, son las que más me sorprenden. Ver esa foto de Benedetti en el Congreso rodeado por ellas, como si fuera la principal “estrella de rock” del país, dista mucho de la percepción que fuera de aquel recinto, se tiene de él. Reconocido como maltratador, abusador, alcohólico y drogadicto, características de las cuales no es fácil salir o desprenderse, logra hacer que su poder y las capacidades que le son configuradas, le den, no solo el protagonismo, también una investidura casi que de santidad, que nadie comprenderá nunca.
Esa foto, el chat filtrado con Katherine Miranda, el sostenimiento como ministro del Interior a pesar de que todos los demás ministros estuvieron en contra de su nombramiento, son la clara muestra de que Armando Benedetti podrá decir como Samper en la época del 8000, “Aquí estoy y aquí me quedo”. Y si tiene las finanzas del país como respaldo, no dudemos de que cumplirá sus objetivos, que son, a la larga, los objetivos del Gobierno.
Como están las cosas, Benedetti no sólo llegó para quedarse, llegó para hacer cuna en el poder y seguir sacándole el mejor partido a cada oportunidad. Su objetivo: a pesar de todas sus falencias como ser humano, busca quedarse en el Gobierno para seguir sacándole el mejor provecho y asegurar su carrera futura, sobre todo ahora, que la campaña electoral para el próximo periodo presidencial comienza y, como ya es sabido, aquello de la lealtad al señor no se le da del todo bien, por lo que debe estar buscando dónde lo reciban, en dado caso que el petrismo no logre repetir presidencia.