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Que las mamás se pensionen más rápido, desata una tormenta en Colombia

Sandra Liliana Pinto Camacho

Sandra Liliana Pinto Camacho

Ingeniera Industrial PUJ & Administradora Hotelera AH&LA

En entrevistas ofrecidas en diferentes medios, la Ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez ha explicado su intención de incluir en la reforma laboral que presentará la próxima semana ante el Congreso, un “reconocimiento” para las madres correspondiente a un año de pensión por cada hijo criado, hasta por un máximo de tres, sin embargo, las críticas no se han hecho esperar.

Una periodista de un medio radial manifestó al aire encendidamente su desacuerdo con la medida afirmando que ahora las mujeres van a “tener 25 hijos para no tener que trabajar una sola semana”.  Sus provocadoras y engañosas declaraciones no han sido las primeras ni  serán las únicas que tendrá que esquivar el gobierno si desea que su iniciativa prospere.

El Ex Ministro de Hacienda del gobierno anterior, José Manuel Restrepo se preguntó en un artículo de su autoría, si se trata de una reforma laboral o un pliego sindical; la líder de la oposición y Senadora, María Fernanda Cabal publicó en su Twitter que podría generar una “mortalidad empresarial”; la revista Cambio considerada pro gobierno, vaticinó que se agravará la situación con el aumento de los costos de contratación y de despido en el mercado laboral formal.

Desde todos los flancos, el presidente Petro recibe ataques por su ambiciosa reforma que busca devolver derechos a los trabajadores que habían sido sustraídos en los gobiernos anteriores como el pago de las horas extras y los recargos, u ofrecer nuevas prerrogativas acordes con las de los países suscritos a la OCDE[i] como la disminución de la jornada laboral a 42 horas.

Uno de los aspectos más controvertibles que ha puesto el presidente sobre la mesa, es la urgencia de cerrar la brecha de género que se refleja en el menor valor de las pensiones de las mujeres respecto a las de los hombres, último escalón de una larga lista de desigualdades durante su vida laboral.

Una investigación de la Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes[ii] indica que mientras 2 de cada 10 hombres en edad de retirarse contarán con una jubilación que les permitirá disfrutar de una vejez digna, sólo 1 mujer accederá a este beneficio.

¿La causa? el tiempo que ocupan las mujeres en el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado en sus hogares, el cual, de acuerdo con cifras del DANE[iii], es 3 veces superior al ocupado por los hombres, llenando una jornada laboral completa.

Cuando a mediados del año pasado se presentó un recurso[iv] ante la Corte Constitucional en el que se solicitaba modificar la legislación porque “imponía una carga desproporcionada e injusta para las mujeres” al tener que cotizar 1.300 semanas para acceder a la pensión, no parecía haber un ambiente favorable.

6 años atrás, un proyecto de ley en este mismo sentido se había hundido en la Corte Constitucional después de haber sido aprobado por el Congreso de la República por no haber contado con el visto bueno del Ministerio de Hacienda.

Algo parecido ocurrió en 2021, cuando la propuesta de 12 congresistas de ofrecer a las mujeres la posibilidad de pensionarse con sólo 1.000 semanas a los 62 años, tampoco prosperó.

Para sorpresa del litigante, la Procuraduría General de la Nación a finales del año pasado apoyó su demanda argumentando que, para poder pensionarse, la mujer tiene que cotizar 1 mes más que los hombres cada año, lo cual desconoce las tasas de desempleo, segregación y menores ingresos que afrontaban.

Lo dicho por la Procuraduría fortaleció los argumentos del jurista quien denunciaba que la Ley no tenía en cuenta que las mujeres por su importante rol de mamás, veían interrumpidos constantemente sus vínculos laborales durante meses y hasta años, y que por ende, su cotización al sistema pensional era más bajo, obteniendo pensiones inferiores e inequitativas.

La realidad valida los argumentos del ente y del abogado.  Las mujeres para pensionarse deben superar una larga cadena de eventos desfavorables que comienza con la búsqueda de empleo. De acuerdo con cifras del DANE, el desempleo femenino es del 14%, 5 puntos porcentuales por encima del correspondiente a los hombres y, en caso de conseguir trabajo, por cada $100 que recibe un hombre, las mujeres recibirán $94.

Posteriormente, en algún momento de sus vidas profesionales, las mujeres tendrán un trato desigual a causa de su función procreadora, como lo ha manifestado la OIT[v], comenzando desde los procesos de selección en los que, en función de una “maternidad potencial o actual”, se desarrollan prácticas que rayan con la ilegalidad al obligar a la mujer a responder preguntas sobre su actividad sexual o a presentar pruebas de embarazo, resultados de exámenes ginecológicos o certificados médicos de esterilización.

El pensamiento de que “los hombres mantienen a las mujeres y a los niños”, revela la organización internacional, “está actualmente superado, y la mayor parte de los hogares dependen de 2 sueldos para mantener un nivel de vida adecuado”.  Incluso, en Colombia, el 41% de los hogares son encabezados por una mujer, por lo que sus ingresos no sólo son necesarios, sino que resultan fundamentales para la supervivencia de sus familias.

Otro aspecto que dificulta el pleno desarrollo de la vida laboral a las mujeres es lo que ha llamado la OIT, la “penalización profesional de la maternidad” que motiva a que sólo 4 de 10 mujeres con hijos menores de 6 años puedan trabajar profesionalmente, teniendo que aceptar salarios un 20% por debajo de los de sus colegas y con una probabilidad 50% menor de alcanzar niveles directivos.

La propuesta del gobierno correspondiente a “un año para su pensión por cada hijo criado” como lo expresó la Ministra Ramírez, representa una “compensación a las labores de cuidado no remunerado que han penalizado históricamente a las mujeres” y su aprobación en el Congreso permitirá medir si el interés del legislativo se encuentra alineado con el del gobierno en cerrar las brechas de género que impiden a los hombres y mujeres construir un mundo más justo, solidario y equitativo.

[i] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

[ii] “Evaluación de políticas pensionales para reducir la brecha de género en la etapa de retiro en Colombia”, Escuela de Gobierno de la Universidad de los Andes, Andrea López Rodríguez.

[iii] Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas.

[iv] Presentado por el especialista en derecho constitucional Diego Andrés López Suárez.

[v] Organización Internacional del Trabajo.

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