Fútbol

Un Jet llamado Cristino Centurión

Juan David Alvis Barrios - El Emperador

Juan David Alvis Barrios - El Emperador

Licenciado en Educación Física, Deportes y Recreación de la Universidad del Tolima.

Estadígrafo Deportivo especializado en el Deportes Tolima y Director de Planeta Vinotinto.

Un día como hoy en 1954, en la ciudad de Formosa, provincia homónima al noroeste de Argentina, nace uno de los mediocampistas más grandes en los 65 años de historia del ‘Vinotinto y Oro’, el gran Cristino Centurión quien dejara una huella imborrable en la época dorada del Deportes Tolima a principios de los años 80’s del siglo XX.

Cristino Centurión en Sportivo Patria

Alto, con melena rebelde, prominente contextura física y dos guantes hechos pies que se convertían en pinceles para asistir a sus compañeros y en cañones, para rematar al arco y convertir goles de gran factura, una descripción que define a la perfección al popular ‘Jet’ (apodo brindado por Carlos Giraldo) o al simpático, ‘mamagallista’ y bonachón ‘Kitty’ (apodo que le brindó cariñosamente su familia por el popular juguete para niños). El volante Argento-Paraguayo (ésta última nacionalidad que le permitió vestir la camiseta de una selección nacional), siempre será un punto de referencia para los hinchas del ‘Vinotinto y Oro’ en todas las épocas: Aquel equipo que comandó en los 80’s con su gran amigo Víctor Hugo del Río, Óscar Héctor Quintabani, Hugo Gallego (con quien sostiene una relación entrañable), Sapuca, Evaristo Isazi, Luis Ramírez, José ‘El Chepe’ Flórez y otros tantos, revolucionó para siempre, la vida de un equipo que se conformaba con no quedarse en el último puesto y que empezó a soñar con la gloria al ver a éstos héroes de traje multicolor (Vinotinto y Oro, Amarillo y Negro, Blanco o Rojo, Blanco y Negro –por gusto del patrocinador-) desfilar por el viejo Presidente Manuel Murillo Toro y por los estadios del país y de Sudamérica, con un fútbol lírico, de gran despliegue atlético y sobre todo, la base de un estilo histórico que le permite al Deportes Tolima, hasta hoy, ser parte de los equipos protagonistas del Fútbol Profesional Colombiano.

Cristino Centurión y Férenk Puskás en Sol de América.

El pasado 22 de Mayo, Cristino Centurión en exclusiva para nuestro programa de #ForoPijao en Planeta Vinotinto (ver nota AQUÍ: https://bit.ly/2D8Oboj) sobre toda su vida y obra, así que para hacerle un homenaje en su cumpleaños #66, mencionaremos algunos apartados de la misma. El primero por supuesto, su infancia en su natal Formosa y sus primeros pasos en el Fútbol, el amor de toda su vida: “Arranco a los 12 años De parte de un amigo muy querido de mi viejo (papá), llegué al Club Atlético El Portuario, que también se conoce como 1ro de Mayo donde debuté a los 15 años. Luego voy a un equipo que se llama el Club Sportivo Patria, que hizo historia acá en Formosa porque es el único equipo de ésta región que jugó en la 1ra División de Buenos Aires. Recordemos que en ése tiempo se jugaban campeonatos largos en un año. Luego, hago un traspaso al Club Guaraní para iniciar como tal mi carrera como profesional en 1976; la pasantía por Patria fue de tan solo 6 meses”. 

En ésa época, Cristino Centurión empezó a mostrar sus condiciones dentro del campo: “Yo arranqué como interior izquierdo. En ése tiempo se respetaba mucho al volante creativo que jugaba por el carril izquierdo, al igual que al interior derecho y al centrodelantero. A medida que fue pasando el tiempo, me fui acomodando a ésa posición de enganche que nació precisamente con los interiores izquierdos, En ésa posición, de enganche, logré encontrar mi mejor lugar dentro de la cancha”. En ése periplo de 1976 hasta 1979 disfrutó de un proceso de formación como futbolista que lo hizo cercano a la selección Paraguaya, la que le dio la oportunidad de vestir una camiseta de una selección nacional y también para darse a conocer en el exterior: “Después de esos 3 años que estuve en Guaraní, tuve una pasantía por el Anderlecht de Bélgica. Yo me fui con 23 años y en ésa época, al jugador joven lo esperaban y le daban su período de adaptación. Desgraciadamente el empresario que me llevó a mí, Arturo Bogghosian, un Franco-Armenio, pidió más de lo que habían acordado por mí y según tengo entendido, había una negociación de por medio con Guaraní, por lo cual, Anderlecht no me compró. A la larga, el más afectado fui yo como futbolista. Nosotros somos los que siempre salimos más perjudicados”.

Otra de las grandes nóminas que tuvo el Deportes Tolima con Cristino Centurión – Deportes Tolima 1981. FOTO: Guillermo Ruiz Bonilla.

A principios de 1980, tras declinarse su quedada en territorio Europeo, siguió en el Club Guaraní, quien en Junio de ése año, lo vendió al Deportes Tolima. Su debut con la escuadra ‘Pijao’ sería en el estadio San Bonifacio bajo el mando de un viejo conocido, el DT Uruguayo, José María ‘El Chema’ Rodríguez con quien había compartido en el cuadro ‘Aborigen’ (nombre con el que se conoce al Club Deportivo Guaraní), el 17 de Agosto de 1980 frente al Cúcuta Deportivo (dirigido por Gilberto Horacio Osorio). Ese día, ‘Kitty’ marcaría el empate 1-1 en el ‘Clásico de las Tribus’, partido que fue dirigido por el árbitro Colombo-Chileno, Mario Cánesa. Desde ahí, se fijaría un romance con la hinchada, no solamente por su entrega, talento y sacrificio, también por el estilo revolucionario del ‘Pressing’ (variante del Fútbol Total) que enamoraba a propios y extraños de ése legendario Kokoriko Tolima. 

Como bien pudimos compartir con él, a propósito de anécdotas, también nos contó acerca de la influencia de Férenk Puskas (leyenda del Fútbol Húngaro y del Real Madrid) con quien compartió en Sol de América, determinante en su formación como profesional y en su estilo de juego: “Yo tuve el placer de compartir con (Ferenk) Puskas cuando fue entrenador mío en Sol de América. Me dejó una frase que me marcó para toda la vida: “El jugador se debe sentir cómodo donde el técnico crea que será útil para el equipo”, esa frase me hizo entender lo que tenía que hacer como profesional. Aparte que nunca le pude ganar en los retos que hacíamos para el asado, los Viernes cuando concentrábamos (risas). Él tenía un guante blanco en el pie izquierdo. Él le decía a Jorge Battaglia, quien era nuestro arquero en Sol de América, que si le sacaba 2 tiros de cada 20, él pagaba el asado; de 20 tiros al arco metía 18. Era impresionante cómo le pegaba a la pelota. Él fue el cerebro de ése Real Madrid de Kopa, Di Stéfano, Gento y compañía”. 

Más allá de esa influencia recibida por el ‘Húngaro de Oro’, el gran Centurión a quién hoy muchos hinchas recuerdan cada vez que ven a un jugador rápido, gambeteador y potente como él en el gramado del Presidente Murillo Toro, dejó una huella imborrable gracias a su liderazgo y principalmente, la dupla con Víctor Hugo del Río, jugador con el que forjó una amistad dentro y fuera de la cancha hasta hoy: “con Víctor Hugo (Del Río) fue el jugador con el que más me entendí en mi carrera. Recuerdo mucho que en 1981 lo iban a sacar del equipo por mí, ya que los dos jugábamos en la misma posición. En ése momento, el técnico era Pedro Nel Ospina. Yo intercedí por él y le dije: “¿Cómo lo van a sacar a él? Es el cerebro del equipo. Déjenlo tranquilo, a mí búsqueme otra posición en el campo”. Con Víctor Hugo jugando de 10 y Cristino jugando de 11 (extremo izquierdo) con perfil cambiado (siendo diestro manejaba muy bien la izquierda), formaron una dupla inolvidable marcando juntos 40 goles (29 Del Río y 11 él) para lograr el 2do subcampeonato de Liga tras el ocurrido en 1957; ambos jugadores se convirtieron en el corazón de aquel equipo legendario que es de grata recordación de los amantes del FPC: “La dupla que armamos él (Víctor Hugo Del Río) y yo comenzó a funcionar apenas nos pusieron juntos. Recuerdo mucho que en un partido en 1981 (23 de Agosto), íbamos perdiendo un partido con el DIM con gol de Ponciano Castro, allá en el Atanasio Girardot. Empatamos con gol de Víctor Hugo (Del Río) de cabeza. Luego, entre los dos armamos una pared, él remató primero, el balón rebotó en un defensor y yo sin dejarla caer le pegué de volea y la metí al ángulo. Ese fue uno de los mejores goles que metí en mi vida. Con ese gol ganamos 2-1 y desde ese día, nos dimos cuenta que entre los dos íbamos a hacer cosas grandes en el Tolima”. 

La Dupla de Oro – Cristino Centurión y Víctor Hugo del Río. FOTO: Archivo Planeta Vinotinto

¡Y vaya que así fue!: Esa dupla legendaria llevó al equipo a ser finalista 2 años consecutivos y aún más importante a jugar la semifinal de la Copa Libertadores de América: “Recuerdo mucho ése partido con Cobreloa (17 de Octubre de 1982). Era una locura. Desde la mañana el estadio ya estaba lleno y habían miles de personas por fuera. Algo que recuerdo mucho es que llevábamos mucho gente al Campín y a cualquier lugar donde jugábamos. Ese día, no fui titular, arrancó jugando Janio y yo ingresé en la segunda parte. Cuando centró Evaristo (Isazi) y cabeceó Víctor Hugo, yo me fui a celebrar como loco ese gol. El estadio se estremeció y vi a mucha gente llorar de alegría. Fue un momento que me marcó”. Y si bien es cierto, la ilusión y el delirio colectivo estuvo, faltó el centavo para el peso para lograr la gloria continental: “Por diversos manejos que hay en la Conmebol y por nuestra falta de experiencia, no pudimos llegar a la final. Capaz que si seguíamos juntos el otro año, habríamos logrado llegar a la final. Teníamos un equipazo, que se quedó no solo en la mente y el corazón de los hinchas y gente de otros equipos que nos iban a ver”.

Cristino Centurión – 1982. FOTO: Archivo Planeta Vinotinto.

También se animó a hablar acerca de su salida del Deportes Tolima: “En Diciembre de ése año (1982) yo me devolví a Paraguay a vacaciones y luego visité a mi familia en Argentina. Duré 2 meses sin contacto de Ibagué esperando que me llamaran. Yo quería seguir y recién me notificaron que me habían vendido al Deportivo Cali. En su momento me dio mucha rabia porque yo quería seguir. Después me comentaron que habían vendido a otros jugadores a Santa Fé y me llevaban al Deportivo Cali junto con Víctor Hugo”. Entre ésta y tantas anécdotas que podemos contar (la vez que se pelió con Hugo Gallego, su lesión que lo apartó del fútbol profesional, su labor como fontanero en Buenos Aires), recordamos con gusto y placer a lo que siempre representó el gran Cristino: Un jugador lleno de garra, coraje, determinación, talento y sobre todo, sentido de pertenencia al equipo del cual él mismo confiesa es hincha y sigue hasta la actualidad: “Mis dos equipos son Boca Júniors y Deportes Tolima, Al Deportes Tolima lo llevo en mi corazón y siempre quiero que le vaya bien. Fue el equipo en el que mostré todo mi potencial”. 

Hoy, residiendo en Formosa, Cristino festeja sus 66 años recordando su paso por el ‘Vinotinto y Oro’ con los 2 subcampeonatos Ligueros (1981 y 1982), la semifinal de la Copa Libertadores en 1982, 89 partidos y 20 goles.

¡Feliz Cumpleaños, Ídolo!: Gracias por tantas alegrías.

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