Opinión

Una visita anhelada

Adriana Bermúdez

Adriana Bermúdez

Creyente en que con la verdad, todo se puede. Comunicadora social, Magíster en Administración.

La visita de cinco días que hizo el presidente Gustavo Petro a los Estados Unidos nos deja grandes interrogantes. El análisis que él mismo hizo para el periódico el Tiempo, abre la oportunidad para que nos hagamos algunas preguntas.

No comencemos entrando a discutir si el presidente Biden lo invitó o si el mismo Petro solicitó la audiencia, lo importante es que el encuentro se realizó y demuestra que Colombia sigue en el radar del gobierno americano como un aliado de gran importancia. Recordemos que el primer presidente latinoamericano invitado por Biden a la Casa Blanca en marzo del año anterior, fue Iván Duque. Tampoco es sorprendente que el presidente de los Estados Unidos, del Partido Demócrata, haya recibido al presidente de Colombia, de corriente de izquierda. Es claro que entre progresistas se entienden y les es más fácil plantear metas, al fin de cuentas, son similares.

Y no podemos desconocer la tendencia de izquierda de ambos gobiernos. De no ser así, quizás el presidente Petro no hubiera visitado el ‘imperio yanqui’ con tanta confianza, porque sabría que sus propuestas no habrían tenido acogida. La idea de apoyar el cambio climático acabando con los principales ingresos del país (petróleo, gas y carbón), podría no ser una propuesta muy secundada ni mucho menos entendida por un gobierno Republicano.

Dentro de las propuestas de Petro en USA, tampoco suena muy coherente la preocupación manifestada ante la bancada progresista norteamericana por la crisis del fentanilo, teniendo en cuenta que propone legalizar la droga en nuestro país. No tiene mucho sentido preocuparse por unos flagelos, mientras se descuidan otros o se busca cómo alimentarlos. El fentanilo puede ser mañana, la cocaína de hoy, con efectos aún mucho más graves en el tejido social. Además, dentro de la conversación con Biden se habló de la “financiación presupuestal de la reforma agraria”, pero ¿en qué consiste la reforma que plantea Petro, si los únicos beneficiados de ella hasta ahora, han sido los cultivadores de coca? ¿A qué otros sectores ha llegado o pretende llegar esta reforma, para apoyarlos en la idea de hacer rentables sus cultivos? ¿Cómo busca alejar a Colombia de las mafias internacionales si lo que apoya son cultivos ilícitos? Y no lleguemos con la idea de que, al ser legal la droga, los traficantes o contrabandistas se acabarán. Para nadie es un secreto lo que por Buenaventura pasa en licor y cigarrillos, legales en nuestro país hace décadas.

Como propuesta novedosa, podemos reconocer la que hizo al presidente Biden de “cambiar deuda por acción climática”. Petro considera que si se liberan recursos que no irán a pagar deuda, se pueden mitigar causas y efectos de la crisis climática. Y aunque la idea parece aprobada por el presidente norteamericano, falta la respuesta del Fondo Monetario Internacional, porque no suena muy lógico que aquellos a quienes les debemos, decidan canjear su dinero por inversión en acciones que, al fin de cuentas, debemos hacer y son nuestra responsabilidad como país. Y, si dicha propuesta se acoge, ¿será que corremos el riesgo de ver la reducción en impuestos o en una reforma tributaria que afecte menos el bolsillo de los colombianos? Porque, como siempre se ha dicho, los beneficios deben ser para todos, sobre todo para la base de la economía de nuestro país.

La idea que presentó el presidente Petro y que no cayó tan bien, fue la de levantar las sanciones impuestas contra Venezuela. Ante eso y como una respuesta diplomática, el presidente Biden manifestó que “primero debía haber elecciones y después pensarían en las sanciones”.

La explicación que sí necesitamos que el presidente nos dé, es lo que planteó en la Universidad de Stanford, donde dijo que ampliar el capital, deja un reflejo químico en la atmósfera por los gases efecto invernadero, por lo que considera que “La crisis climática es un efecto lógico de la acumulación del capital” y su efecto es la extinción de la humanidad. Quizás, esto va de la mano con la idea que previamente planteó al decir que cuando “la gente tiene (dinero), se vuelve de derecha”. Parece que, según el presidente Petro, para salvar el medio ambiente, hay que ser de izquierda. La duda que queda es, ¿cómo será el mundo que le quedará a la izquierda, después de haber pasado por las manos de la izquierda, si se caracterizan por no saber cómo administrarlo? Y tomemos a Cuba como ejemplo para análisis…

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